En su último juego, como activo, Gil da nuevo campeonato a Tomateros
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- Publicado: Domingo, 21 Junio 2020 20:06
- Escrito por Jorge Luis Telles
-Doblete contra Ariel Prieto, que decidió la final contra CO
-Fue, precisamente, su último turno; memorable, por cierto
-Culiacán solo ocupó de cinco partidos para liquidar a Yaquis
-Justamente en la temporada “Nelson Barrera Romellón”
Tenso partido. Empate a 4 carreras por bando entre Tomateros de Culiacán y Yaquis de Obregón, al cierre del sexto capítulo. Es el quinto de la serie final por el título absoluto de la temporada 2003-2004 de la Liga Mexicana del Pacífico. Es noche de lunes, 25 de enero de 2004 y el estadio “Angel Flores”, por supuesto, registra un lleno hasta “las lámparas”, como lo reseñaban los cronistas deportivos de la época.
El equipo de casa, dirigido de nuevo por Paquín Estrada había rescatado una victoria en el estadio “Tomás Oroz Gaytán” de Ciudad Obregón (2-1) y en su casa, dos al hilo (4-1) y (8-1). Ya solo un triunfo lo separaba de su noveno campeonato y de ganar aquella noche implicaba coronarse en casa, como había sucedido casi siempre. Una eventual derrota marcaría el obligado regreso al estadio de los Yaquis, con el inevitable riesgo de una reacción del club de la antigua Cajeme. Una historia muy parecida a la de 1996, cuando el rival lo fue Venados de Mazatlán.
Culiacán y Obregón habían sido de los mejores equipos de la campaña. Muy parejos en todo. Tomateros finalizó el rol regular, con marca de 38-30; los Yaquis, con 39-29, una victoria más y una derrota menos. Es por eso que la tribu abrió en su casa la gran final, con la obligación de ganar los dos primeros juegos, para asegurar el regreso a su parque; pero solo logró un triunfo y eso los colocó en situación de predicamento.
Finaliza la temporada “Nelson Barrera Romellón”, recientemente fallecido y quien fuese uno de los grandes aporreadores del equipo guinda. El que la campaña lleve el nombre del Almirante, obliga a Tomateros a dar un extra, para honrar la memoria de Nelson, la estrella más rutilante del plantel, a partir de la temporada 1982-1983 y todavía hasta la 1994-1995. Nelson volvió, para la 98-99, a ocupar el puesto de manager sustituto (luego de Jorge Orta y Carlos Alfonso), solo para caer en la final ante los Aguilas de Mexicali.
De ese tamaño es el compromiso del equipo Tomatero ¿Qué mejor forma, entonces, de homenajear a Barrera que con el campeonato?
Y bien.
Escribimos en tiempo presente para reseñar: en la caja de bateo, Benjamín Gil, que llegó a Culiacán, cuando Nelson se fue, en el 95. Como en 1997 – ocasión en la que dejó sobre el campo de juego a Naranjeros de Hermosillo -, Benjamín toma uno de los turnos más importantes de su carrera, de hecho en el que es su último juego como elemento activo de Tomateros, porque ya no regresaría más como jugador. No ha sido precisamente su mejor año; pero mantiene la titularidad de las paradas cortas.
El 4-4 en el marcador no refleja la manera en la que lanza el cubano Ariel Prieto, quien todavía se ve entero para ese sexto episodio, donde, tras dos outs, no puede impedir que, repentinamente, tenga dos guindas en los senderos. Tensión en el graderío.
Como en el 97, cuando le conectó el imparable del campeonato a Juan Acevedo, Gil toma el bat con determinación para hacerle frente al antillano. Benjamín está abajo en el conteo; pero responde con una solida línea sobre el parado derecho, que se extiende al pie de la cerca para remitir a tierra prometida a sus compañeros en los senderos. Un limpio doblete y Culiacán ya está arriba en el marcador 6-4, ante la algarabía de la multitud.
El juego ya está en el tramo que quería el manager Paquín Estrada, para pedirle la pelota a Rodrigo López (el pitcher abridor) y dejar el choque en los brazos de sus relevos de lujo: José Silva, preparador y Luis Ignacio Ayala, cerrador.
Y la estrategia le funciona de nuevo al Paquín.
José Silva saca los tres outs del octavo inning y Ayala los tres del noveno; el último, el número 27, una línea floja, de Alfredo Amézaga, que Benjamìn Gil (¿Quién más?) captura sin problemas en el terreno corto, para iniciar luego un festejo desenfrenado, al tiempo que los acordes del “We are the Champions” – del legendario grupo británico Queen – estremecen el icónico estadio “Angel Flores”.
Era el segundo título en dos años (2002 y 2004); el noveno para Tomateros y el sexto para Paquín: 1983, 1985, 1996, 1997, 2002 y 2004) y una nueva Serie del Caribe (en República Dominicana) estaba en la ruta del equipo guinda.
La verdad, un campeonato más que merecido:
Record de 38-30 en el calendario regular (primero en pitcheo, con 3. 20 en carreras limpias admitidas), refrendado en la postemporada, a lo largo de la cual liquidaron en seis partidos a los Algodoneros de Guasave y también en seis a los Naranjeros de Hermosillo.
Para cerrar, un repaso a los Tomateros de Culiacán de aquella temporada 2003-2004: Adán Amezcua; Kitt Pellow, José Macías, Mario Valdez y Benjamín Gil; Darrell Sherman, Melvin Nieves y Eduardo Jiménez; Rodrigo López, Jorge Campillo, Rigoberto Beltrán, Marck Kroom, José Silva, Luis Ignacio Ayala y Oliver Pérez. Toda una constelación de estrellas.
¡Salud!
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