La montaña

Covid-19, tentando al diablo

columna oscar

Un conflicto de intereses fundamental,

la generación de ganancias, por ley,

prevalece sobre la provisión de atención.

Elliot Sperber

 

―Sí lo vamos a permitir (acceso a las playas) pero con recomendaciones a la gente. Porque ya hay un hartazgo también, después de un año de haber estado totalmente encerrados. ―Dijo el Gobernador Quirino Ordaz, refiriéndose a la actitud oficial frente a los días de asueto de la Semana Santa. Mientras los países europeos toman un amplio abanico de medidas para contener su tercera ola de contagios y marchan con pies de plomo ante cada tropiezo o secuela que presentan las vacunas, en nuestro país no faltan las medidas administrativas que retan al Covid-19 y a nuestro destino: eso fue a lo que se jugó durante la Serie del Caribe el mes pasado y a eso también se juega ante las vacaciones de Semana Santa.

 

Se menciona que se determinará el uso de cubrebocas y la higiene constante de los visitantes a las diferentes playas. Será todo un espectáculo ver a los bañistas casi en cueros y con un incómodo e inútil cubrebocas (en esas circunstancias), en medio de una ocupación hotelera de más del 90 por ciento y con playas donde no cabe un alma más de las que “tolera” el reglamento. Un mal precedente sanitario (bueno para los negocios) es que el fin de semana anterior la ocupación hotelera alcanzó el 80 por ciento. Basta ver las imágenes publicadas para enterarse cómo lucen las playas y sobre el control de la sana distancia.

 

La misma utilidad que tiene un sombrero después de que se puso el sol, es la que tiene un cubrebocas en un bañista que torea las olas del mar y la inacabable avalancha humana que serpentea en toda la zona turística. Pero sin descalificar a quienes viven del turismo cuando dicen: ―El sector comercial estamos a favor de que se abran las playas, que se dé la posibilidad de que los comercios, los negocios que se dedican a atender al turismo, a los servicios, tengan ese ingreso que no tuvimos el año pasado a raíz del Covid-19. ―Esta declaración no deja de remitirnos a los riegos reales que enfrentaremos en esos días de guardar. Y a ver con razón “más diablos que los que llenan el infierno”, como el Teseo de Shakespeare.

 

Volveremos a las playas de Sinaloa, sin el elemental cálculo del costo-beneficio. Es cierto que urge la recuperación económica, el empleo y los ingresos, pero abrir las puertas de los negocios turísticos encomendándonos al buen criterio de los ciudadanos y a su observación de recomendaciones de la Secretaría de Salud que han sido mal atendidas, es una apuesta cuyo costo en contagios y en vidas siempre resulta doloroso. No nos parece suficiente que el mismo Gobernador diga “porque ya hay un hartazgo”, pues bien observa Benedetti: ―Hay finales de paz, de dolor, de inercia, también de espanto. Y en todo momento debe prevalecer la prudencia y defender la vida y la salud de los ciudadanos. No provoquemos situaciones que comprometan la salud del pueblo. No tentemos al diablo. ―Dejemos que la muerte nos odie de lejos. ―Como dice el autor de Primavera con una esquina rota.

 

Muy preocupante lo que nos comparte el Periódico Noroeste este lunes 15 del presente: atacan de nuevo el sitio digital Noroeste.com. No es la primera vez que le sucede a este medio de comunicación. Entre el 18 de septiembre del año pasado y el domingo 14 de marzo (casi seis meses), sufrió cuatro ataques el primer mes, dos en octubre, dos en noviembre, uno en diciembre y en este mes tres, dos de ellos el domingo pasado. Desde la India, Brasil, China, Turquía, Estados Unidos, Indonesia, ecuador, Chile y Argentina, coincidieron 50 millones de haker para tumbar la página de Noroeste, lo que representa un duro golpe a la libertad de expresión y comunicación.

 

El antecedente más fuerte en este tipo de acciones contra Noroeste fue el día 18 de diciembre del año pasado, cuando 234 millones de bots se lanzaron de manera simultánea desde Tailandia, Indonesia, Rusia, Estados Unidos, Brasil, China, Singapur, Japón, Bangladesh e India, para bloquear el funcionamiento del sitio de Noroeste. Lo cierto y doloroso es que lo logran de manera temporal, volviendo no funcional el servicio de noticias que se presta a través del sitio mencionado, violentando el derecho humano a la información que tenemos los usuarios cotidianos de la página digital de Noroeste.

 

Lo menos que debemos hacer es ofrecer nuestra solidaridad ante este medio de comunicación y defender de manera permanente la libertad en el ejercicio del periodismo para sus reporteros y para el mismo medio, pues ni al país ni a la sociedad le irá bien con la censura desde el poder público o los poderes que desde las sombras procuran acotar a la prensa en cualquiera de sus modalidades. Nos queda claro el mensaje del pueblo mexicano cuando acudió a las urnas el 1° de julio de 2018: desterrar todo tipo de intolerancias, especialmente las que pretenden limitar las libertades, tan caras a la sociedad mexicana. La Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa reabrirá el expediente que inició en septiembre pasado y dará seguimiento al caso. Nuestra solidaridad con Noroeste. Vale.

 

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