La montaña

Javier Valdez y las tareas que nos dejó

columna oscarPorque un acontecimiento no se juzga

sino a partir de su desenlace.

Rosario Castellanos

 

Javier, 6 años después de tu partida estas bulliciosas calles que a veces invade el silencio, extrañan tu habitual cuestionadora presencia. Hay dolorosas fechas que llegaron con indeseables resultados sin que tu certera pluma registrara las tragedias vividas por las víctimas y nos compartieras esas miradas tan llenas de orfandad y de incertidumbre sobre el horizonte que la violencia les impone.

 

Traigo a la memoria de los presentes algunos de esos eventos en que extrañamos mucho tu ausencia y el talento de tu febril pluma: Tepuche fue el escenario de una masacre el Día de san Juan de 2020; el día 5 de mayo de 2022, el asesinato de Luis Enrique Ramírez; y el pasado 5 de enero, la captura de Ovidio Guzmán en Jesús María, con el alto costo en vidas, en bienes y el inmedible impacto psicológico en toda la presente generación de niños y jóvenes de ese pueblo y sus alrededores.

 

La cruda realidad nos ha obsequiado inquietantes versiones de lo que pasó en cada uno de esos lugares y fechas, pero cuántas historias hubieran cobrado vida desde tu tintero, tu imaginación y tu sensibilidad para dimensionar cada detalle de los hechos, dibujar cada recoveco que pasa desapercibido para el ojo común y encontrar en una lágrima silenciosa de una viuda o en la figura ahíta de abandono de un niño, la explicación que mil discursos de la autoridad no pueden dar sobre los hechos y sobre el fardo de penas que las víctimas cargaran de por vida.

 

Javier, tu caso mismo sigue cargando una cuota de impunidad, pues ¿por qué no ha comparecido el presunto responsable intelectual de inmolación? La información es pública y obra en el expediente en que fueron juzgados sus cómplices. Todos nos preguntamos, ¿cuál es la razón por la que la justicia mexicana no ha reclamado su extradición para que responda por tu homicidio? No hay, no habrá argumentación que nos convenza de que la justicia en tu causa quede trunca, manca o atada de manos.

 

Lo mismo diremos sobre el caso de Luis Enrique, que en materia de la justicia que reclamamos su situación es más lamentable, pues nadie de los presuntos responsables comparece ahora ante los tribunales. Y el compromiso de quienes seguimos fieles a tu causa, es buscar la justicia plena para ambos casos. Si no pudimos cuidarlos en vida, al menos como sociedad no abandonaremos ni sus casos ni sus causas por el ejercicio de la libertad de expresión.

 

En el marco de tu VI aniversario luctuoso puedes estar orgulloso de que la solidaridad nacional e internacional están muy presentes a través de tus colegas locales, Artículo 19, Reporteros Sin Fronteras, Propuesta Cívica, CDDHS, CPJ, los Mecanismos de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas Nacional y Local.

 

El reto para quienes le damos continuidad a tus afanes por el libre ejercicio del periodismo y la libertad de expresión es no detenernos en nuestro objetivo de profundizar en la legislación que protege a activistas de derechos humanos y periodistas. El Instituto de protección que surgió de dicha legislación no se consolidará si abandonamos nuestro trabajo de vigilancia o ralentizamos nuestras exigencias ante el Poder Ejecutivo y el Congreso del Estado, pues ni se ha creado la instancia de control interno ni se han otorgado los recursos para garantizar eficiencia en sus funciones, amén de los riesgos de que el Instituto termine en brazos de la autoridad estatal.

 

Las instituciones que trascienden en la historia surgen de las crisis que sacuden a la sociedad, tu inmolación provocó una crisis de credibilidad y gobernanza. Y la solución partió de la sociedad con la iniciativa de creación del Instituto de Protección. El reto que ahora tenemos, quienes damos continuidad a tus afanes, es consolidar ese organismo y no permitir que termine cooptado por el Estado. Lo peor sería que no escuchara, no viera y peor que callara ante la violación de los derechos humanos de activistas de derechos humanos y periodistas. Tu acuñaste una frase muy importante: No al silencio. Su vigencia crece cada día. Vale.