Por: Jorge Luis Telles
México le gano a Argentina
El juego más importante de
La historia: la sede del Mundial
=Acuerdo de la FIFA en 1964, en Tokio, Japón
=El estadio “Azteca”, determinante en la votación
=Mèxico-70, por muchos años, el mejor mundial
= La selección nacional, en cuartos de final, por vez primera
Gustavo Peña toma el balón entre sus manos – sin tan siquiera pedir el consentimiento del director técnico, Raúl Cárdenas, que es un manojo de nervios en la banda -, y lo coloca en el punto de penalti, al tiempo que un gigantesco clamor surge de las 110 mil personas presentes en el estadio “Azteca”. Peña, apodado el “Halcón”, toma una gran distancia y espera la orden del árbitro argentino, Ángel Norberto Coevezza. Peña arranca, finta a la derecha, luego a la izquierda y dispara, a media altura, a la izquierda del portero belga Crhistian Piot. El grito de gol cimbra la estructura del coloso de Santa Úrsula y sacude a la nación entera. En el partido de clasificación a los Cuartos de Final, México está arriba de Bélgica, 1-0, tras los primeros quince minutos de juego.
Ciudad de México. Jueves 11 de junio de 1970:
Momentos antes: Antonio Munguía, fino mediocampista mexicano, avanza sobre territorio enemigo y mete un balón al área belga, Chalo Fragoso prolonga hasta Javier Valdivia, quien queda en zona de gol; el “Cabo” prepara su disparo a la portería, cuando es derribado en las inmediaciones del área chica por el defensa Jean Smeling. Norberto Coevezza, el silbante, no duda un instante en marcar la pena máxima, ante la explosión de la máxima catedral del futbol nacional.
Coevezza es zarandeado por los once integrantes de la selección de Bélgica, en reproche a su decisión y más de alguno de ellos, a riesgo de expulsión, le hace la seña universal del fajo de billetes. Durante varios minutos es empujado por todos los rincones del área; pero el penalti ya está marcado y apresura a los mexicanos al cobro del mismo. Gustavo Peña, el capitán, se autodesigna para la ejecución de la falta.
Aparentemente un penalti clarísimo, con todo y que las repeticiones de la televisión internacional, muestran que el defensa belga lo despoja del balón con su pierna izquierda; pero lo derriba aparatosamente y lo deja sin oportunidad. (Un penalti del que se habló algún tiempo; pero que con el paso de los años se definió como una diáfana falta dentro del área, hacia un hombre en posición de gol, que ameritaba, necesariamente, la pena máxima.
México califica a Cuartos de Final con solo empatar este partido. Gana 1-0; pero ocupa un gol más para adjudicarse el primer lugar del grupo “A” y enfrentar la fase de Cuartos de Final en el estadio “Azteca” (un segundo sitio lo mandaría a la Bombonera de Toluca, a enfrentar a Italia, ya primero del grupo “B”). México es dueño del encuentro y domina ampliamente a Bélgica. Javier Valdivia revienta un tiro de media distancia en el poste izquierdo (con Piot ya totalmente vencido) y Chalo Fragoso remata de bote pronto, para una desviada milagrosa del portero de Bélgica.
Para la segunda parte, sin embargo, las cosas cambian radicalmente. México se tira atrás, dispuesto a aguantar los 45 minutos finales y los belgas toman absolutamente el control del juego, para colocar a los aficionados al punto del infarto. Lo más recordado: un remate de cabeza que vence al arquero Nacho Calderón y que Javier “Kalimán” Guzmán desvía sobre la raya de gol.
El tiempo avanza lenta y angustiosamente para los mexicanos y en cambio muy rápidamente para los belgas, quienes llegan una y otra vez al campo bajo azteca, donde se baten heroicamente Gustavo Peña, Guzmán, Valtonrá, Sánchez Galindo y “Pichojos” Pérez, para mantener inmaculada la portería de Calderón, que no ha admitido gol hasta esos momentos. Bélgica presiona por las bandas, por el centro del campo, con tiros de media distancia, hasta que el silbante argentino se compadece de los mexicanos y silba el final del dramático partido.
La explosión de júbilo se expande por todo el territorio nacional; pero la ciudad de México es el epicentro. La columna de la Independencia, más conocida como “El Ángel”, es el punto de la celebración, por parte de una afición enloquecida por la primera calificación de un representativo de nuestro país a la segunda etapa de un campeonato mundial de futbol. A raíz de esa victoria – apenas la tercera para México en los nueve mundiales jugados hasta entonces -, el “Ángel” queda instituido como el sitio oficial de los principales festejos deportivos en el país; de futbol en lo particular.
Lamentablemente, la victoria de 1-0 sobre Bélgica no fue suficiente para asegurar el primer lugar del grupo “A”. México y la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas finalizaron iguales con saldo de 2 victorias y un empate y con un más cinco en goleo. La FIFA ordenó un sorteo para definir la primera posición y la suerte favoreció a la Madre Rusia. La URSS se quedó en el estadio “Azteca” para recibir a Uruguay y a México lo mandaron a Toluca a enfrentar a Italia. Los principales analistas deportivos de la época criticaron severamente la tibieza de la Federación Mexicana de Futbol – presidida por Guillermo Cañedo – que no logró (a pesar de que contaba con los argumentos necesarios para ello) mantener a México, en el “Azteca”, más allá del rival a enfrentar en Cuartos de Final: Italia o Uruguay.
El jubilo, sin embargo, duró poco: el domingo 14 de junio, en la “Bombonera” de Toluca, México se quedo sin brújula, tras poner a Italia abajo 1-0, con un gol de José Luis González, que nos puso a soñar. Italia, sin embargo, igualó, poco antes de terminar el primer tiempo, a causa de un desafortunado autogol de Javier Guzmán (el mismo que nos había salvado ante Bélgica), a tiro de Domenghinhi y para la segunda mitad la selección nacional se desarticuló por completo, a pesar de enviar al campo a dos figuras legendarias como Enrique Borja e Isidoro “Chololo” Díaz. México perdió la brújula y también el partido: una goleada de 4-1, que no fue, en sentido objetivo, la realidad de lo acontecido sobre la cancha de juego.
Ahí, terminó el Mundial para todos los mexicanos.
= MEXICO LE GANA LA SEDE A ARGENTINA =
Y bien.
En la historia de Copas del Mundo, Argentina le ha ganado dos veces a México, ambas en la etapa de Octavos de Final. La primera ocasión, en Alemania-2006: un partido que se extendió a tiempos extras, resuelto (2-1) por una genialidad del delantero argentino, Maxi Rodríguez; la segunda, en Sudáfrica-2010, con marcador de 3 goles contra 1, en un choque que se distinguió por un pésimo arbitraje y por una debilidad increíble del cuadro bajo mexicano.
Lo que mucha gente olvidó ya es que México, pese a todo, le ganó a Argentina, el juego más importante en la historia de las Copas Mundiales de futbol, el que no se celebró en cancha alguna: la sede del México-70.
En efecto, ese mundial tenía que desarrollarse, necesariamente, en el continente americano, puesto que la sede de 1966 ya estaba definida a favor de un país europeo: Inglaterra. Así se alternaba la FIFA en aquellos tiempos. Hoy día esa rotación está en desuso, al considerarse sedes en Asia, África y ahora el Medio Oriente.
México y Argentina presentaron sus respectivas candidaturas en 1963, un año después de concluido el Mundial de Chile-1962, celebrado bajo el lema “porque nada tenemos, lo haremos todo”, en alusión a un reciente terremoto, que había devastado el país andino.
La sede se definiría en 1964. Mexicanos y argentinos contaban con un año para llevar a cabo sus campañas al interior de la FIFA.
México, con el apoyo del presidente Adolfo López Mateos, preparó, meticulosamente, un golpe letal: la construcción de un estadio con capacidad para 110 mil personas, llamado a convertirse en el mejor de la época. Y un desfile de dirigentes de FIFA (entre ellos Sir Stanley Rouss) vinieron a la ciudad de México, para conocer los avances de aquella mole de concreto, conocida como la maravilla arquitectónica de los últimos tiempos. El majestuoso estadio “Azteca”.
Así, el 08 de octubre de 1964, en la ciudad de Tokio –en el marco de los Decimo Octavos Juegos Olímpicos – se llevó a cabo la asamblea de la Federación Internacional de Futbol Asociación, con un solo tema en la agenda de trabajo: la sede del Mundial de 1970. México ya tenía la Olimpiada de 1968 y esta fue la principal arma de defensa de los argentinos (además de que era la tercera vez que contendían por una sede); sin embargo, no pudieron contra el imponente estadio y a final de cuentas la votación favoreció 56-32 a nuestro país, que se convirtió, de paso, en el primero en organizar Juegos Olímpicos y Mundial de Futbol, en forma consecutiva.
Si, Argentina nos ha vencido en dos ocasiones; pero el juego más importante se los ganamos nosotros: el Mundial-70.
= MUNDIAL DE MAGIA Y ESPLENDOR FUTBOLERO =
Y bueno.
A pesar del tiempo transcurrido, el México-70 se mantiene como uno de los mejores de la historia. Y por muchos años, simplemente el mejor.
En ese Mundial se celebró el llamado Juego del Siglo entre las selecciones de Alemania e Italia; pero también tuvo lugar el que fue conocido como el partido más técnico y futbolero de todos los tiempos: el Brasil-Inglaterra, en el estadio Monumental de Guadalajara, Jalisco. Algo así como un “Azteca”, toda proporción guardada.
Además, el Mundial más limpio, con cero expulsados a lo largo del torneo.
Brasil, con una alineación de ensueño (Félix; Brito, Piazza, Carlos Alberto y Everaldo; Rivelino, Gerson y Clodoaldo y Jair, Tostao y Pelé) maravilló al orbe con su futbol, para golear 4-1 a Italia en la gran final y llevarse a sus vitrinas, de manera definitiva, la llamada Copa Jules Rimet, justo en su novena edición.
El alemán Gerad Muller, se convirtió en campeón de goleo, con 10; pero la gran figura del mundial fue Pelé, para su proclamación definitiva como el Rey del Futbol.
Pelé anotó solo 4 goles (el segundo contra Checoslovaquia; dos frente a Rumania y el primero de la final contra Italia); sin embargo no solo fue el alma de la selección verde amárela sino que deleitó al mundo con jugadas de fantasía.
Una de ellas, por ejemplo, un disparo desde más atrás de la media cancha, que estuvo a nada de lo que hubiese sido el mejor gol de la historia en Copas del Mundo; su anotación contra Checoslovaquia, que fue un portento de virtud; el servicio a Jair, para el gol de la victoria frente a Inglaterra; aquel cabezazo que Gordon Banks detuvo en forma increíble; el tiro libre ante Rumania (golazo); la finta sobre el portero uruguayo Leao Mazurkiewickz, en el juego semifinal y en la final, la cereza del pastel: el primer gol del partido y los servicios a Jair y Carlos Alberto, para el tercero y el cuarto respectivamente.
Brasil triunfó en sus seis partidos, con claras muestras de superioridad, más allá de las características del marcador de tal suerte que es imposible desligar su actuación, con lo que fue el Mundial México-70. Maravilló al orbe entero. Para acabar pronto.
Apenas 50 años atrás…
