columna oswaldo villaseñorLa tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles”. Frase de Fiódor Dostoyeski.

Cuando iniciaba el gobierno de Juan Millán en Sinaloa se desató una ola de violencia. La respuesta oficial fue muy simple. “Nos están calando”. Así era. La delincuencia también juega a la política y también “cala” al gobierno para ver qué trae en “la buchaca”.

A Claudia Shienbaum el país se le incendia por la violencia y la delincuencia en los primeros 12 días de su gobierno. El crimen organizado no da tregua y también inicia su sexenio de la continuidad.

Ayer fue noticia que rodó rápido, la privación ilegal de la libertad del diputado local panista, Vicente Javier Verástegui, quien es hermano de quien fuera Secretario General de Gobierno y luego candidato al gobierno del Estado de Tamaulipas enfrentando al hoy gobernador Américo Villarreal.

Con estos solos antecedentes, ya es más que suficiente para prender los focos rojos en un estado que también está tocado y bajo el control de la delincuencia como lo están muchos estados más.

En Jalisco, la delincuencia organizada asesinó a Jaime Navarro Hernández, director de Procesos de la Fiscalía General del Estado de Jalisco.

Un grupo de sicarios fuertemente armados lo esperaron a su salida de una farmacia a la cual había llegado, para acribillarlo. Le dieron más de 30 balazos. La huella del narco quedó impresa en su cuerpo.

En Sonora, cuando menos 4 municipios del Estado que gobierna Alfonso Durazo, están bajo fuego constante. La lucha que libran grupos del narco por el control de los territorios no tiene tregua. A allá también fue “Batman” -Omar García Harfuch- a llevar un mensaje político de que no están solos y el gobierno federal apoyará en la pacificación de dicha entidad.

En Sonora ya van 4 municipios que desaparecen por decreto a las policías municipales y el Estado implementa un mando único con su policía estatal apoyada por la Guardia Nacional.

Las policías municipales se han convertido en un brazo armado de la misma delincuencia, se ha dicho en reiteradas ocasiones.

Desde muchos años atrás, ya lo había advertido el General Sergio Aponte Polito en una reunión del gabinete de seguridad cuando se encontraba al frente de la novena zona militar en Sinaloa.

Se lo dijo de frente al entonces gobernador de Sinaloa, Jesús Aguilar Padilla. “Si quieren reducir los delitos de alto impacto y combatir a la delincuencia, hay que limpiar a las policías locales”. Están infiltradas por la delincuencia.

Su voz no se escuchó como se esperaba y hoy las policías locales en muchos estados, son un problema.

En Guerrero, después del cruel asesinato del alcalde de Chilpancingo, la gente tomó las calles y exigió la renuncia de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Macedonio.

Guerrero es un estado dominado también por los grupos del narco. La gente reclama paz.

En Querétaro, las masacres se han desatado. Ya van dos en los últimos días. De ser un estado seguro, ya empieza a perder la calma y la tranquilidad conservada.

Ni que decir de Estados como Colima, Michoacán, Zacatecas, Baja California, Chihuahua, Guanajuato, entre otros donde el narco ha impuesto su ley y los ha convertido en campo de batalla.

Pero si lo que se ve en cada uno de estos estados es para no creerse, no se compara, ni con mucho, lo que sucede actualmente en Sinaloa y muy particularmente en Culiacán. La ciudad ya cumplió más de un mes semiparalizada y como una ciudad fantasma nada más llega la noche.

Ya no hay vida de día, mucho muchos lo hay de noche. La economía de la ciudad y del Estado ya está colápsala y el gobierno no ha sido capaz de enfrentar la situación para recuperar la vida ordinaria que se tenía y recuperar la ciudad para los ciudadanos.

A Culiacán, ya vino también, “Batman” -Omar García Harfuch- y anunció el envío y llegada de más militares y más equipo táctico militar, así como armamento para blindar y proteger la ciudad.

Los resultados han sido todo lo contrario a lo que se esperaba. La ola de violencia en Culiacán se ha recrudecido. No hay paz.

Ayer, la ola de expresiones violencias empezó muy temprano. Al amanecer fueron incendiados vehículos en tres puntos céntricos de la ciudad para poner bloqueos y generar el caos.

En el transcurso del día, las expresiones violentas continuaron. Asesinatos, robos de negocios, de autos y privaciones ilegales de la libertad de personas.

El colmo se dio, cuando sicarios fuertemente armados se ubicaron a la entrada del campus de la Universidad de Occidente e intentaron o lo lograron, entrar. El caos al interior de la universidad no se hizo esperar.

Todo esto pasó, mientras se daban los anuncios de parte del gobierno, de la llegada de más militares de élite y equipos militares de reconocimiento. De estos hechos, ni las policías locales ni militares se dieron cuenta. ¡Ah mmmm!

Pero lo que sí provocó un gran escándalo, fue el sobrevuelo de un helicóptero del Ejército portando y ondeando una bandera blanca. ¿Una bandera blanca? Siiii.

¿Sabe el Ejército el significado internacional de ondear una bandera blanca en tempos de guerra? Claro que lo sabe.

La gente de Culiacán algo extrañada no daba crédito a lo que sus ojos veían.

¿El Ejército se rindió, busca parlamentar con los enemigos en este caso el narco o solo pedían paz y una alto al fuego? Esos son los tres significados de que un Ejército ondea una bandera blanca en una zona de guerra.

¿Lo sabe el Ejército? Desde luego que lo sabe.

El escándalo no se hizo esperar y la respuesta de parte del Ejército tampoco. Se aclaró que no había mayor mensaje en el sobre vuelo de uno de sus helicópteros que portaba una bandera blanca, que el participar en un ensayo para la ceremonia de inauguración de la Liga Mexicana del Pacífico en apoyo al Club de béisbol Tomateros de Culiacán.

Desde luego que es loable que el Club Tomateros, que ya se ve afectada por la violencia que hay en la ciudad, haga un llamado a la paz. ¿Pero que se utilice un helicóptero militar ondeando una bandera blanca? Uff.

Si la idea era que la gente de la ciudad de Culiacán se volcara y se uniera al llamado de paz, se equivocaron. No midieron el cansancio y hartazgo que tiene la gente.

La gente quiere paz, pero que se la garantice el gobierno. En pocas palabras, quiere gobierno y ver a sus gobernantes actuar. La indignación de la gente al interpretar una supuesta rendición del Ejército y por ende del Gobierno, fue más que espontánea. El Ejército reaccionó rápido y aclaró, aún cuando su aclaración no convenció mucho y de paso el daño a la imagen del Ejército ya estaba hecho.

¿El sobrevuelo de un helicóptero del Ejército en Culiacán con bandera blanca fue un acto de ingenuidad política o si llevaba mensaje al narco?. ¿La aclaración es un reconocimiento al error o hubo jalón de orejas de alto nivel? ¿O si es un favor de buena fe a Los Tomateros? “Haiga sido lo que haiga sido” fue visto, mínimo como una imprudencia.   ¿Se corrigió? Esperemos que sí.

Lo cierto, es que los videos de un helicóptero del Ejército sobre volando la ciudad de Culiacán con una bandera blanca de inmediato se volvió un escándalo nacional. La mayoría de los medios dieron cuenta de este hecho. Culiacán es una zona de guerra y los simbolismos cuentan.

Y tan cuentan estos simbolismos, que horas más tarde las expresiones de la delincuencia continuaron.

En la Colonia Las Quintas, la misma que recorrió Harfuch a pie por alguna de sus calles, de nuevo fue escenario de enfrentamientos a balazos entre grupos de sicarios. Las balaceras se extendieron hasta la Colonia Miguel Hidalgo.

Así está Culiacán y así está el país. Bajo fuego, bajo las balas y bajo el dominio del narco. ¿En realidad el narco está calando al nuevo gobierno de Claudia Shienbaum o solo es parte de la continuidad lo que se está viviendo en el país?

¿Y cuál sería la continuidad? Muy sencillo. Seguir generando caos para que el narco se apodere de más territorios y se haga necesario desaparecer policías estatales y municipales y llegue la Guardia Nacional y Ejército a realizar labores de seguridad pública como mando único en todo el país.

Así si, se cumple con el manual de los gobiernos totalitarios. Gobierno, Narco y Ejército juntos como poder único y total.

¿Para allá vamos?

Habrá que estar pendientes.

PASO A PASITO.-Hoy de nuevo la organización civil, “Culiacán Valiente” hará una nueva marcha-caravana por La Paz tal y como la hizo el pasado 29 de septiembre. En esta ocasión el punto de partida, es las instalaciones de la USE.

Se protestará de manera pacífica en contra de la ola de violencia que vive Culiacán.

OTRO PASITO.-Una buena para los productores Sinaloenses. La SADER y la Conagua, en coordinación con el gobierno del estado, implementarán un programa de Modernización y Tecnificación del Distrito de Riego 075 del Valle de El Fuerte.

Este programa es importante y llega a tiempo. Durante los 6 años de Andrés Manuel se abandonó y suspendió la inversión qué año con año se hacía de manera paulatina en todos los distritos de riego para modernizar y tecnificar la infraestructura hidráulica en beneficio de todos los productores. Este programa y estas inversiones están de regreso, lástima que será solo para este Distrito de Riego en Sinaloa y no para todos como era hasta el 2018. Pero bueno, algo es algo, y eso es bueno.

PASITO CHÉVERE.-

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