Sin quitarle ni ponerle

Se divide nomenclatura priista

columna oswaldo villaseñor

El pasado miércoles 28 de Julio, estaba prevista una cena de los senadores priistas encabezados por Miguel Angel Osorio Chong con el líder nacional del Partido, Alejandro Moreno Cárdenas.

La cena se anunció con bombo y platillo. Era la continuidad al encuentro que ya había sostenido Alejandro Moreno con 11 gobernadores emanados del PRI. Claudia Pavlovich de Sonora fue la única que faltó.

El objetivo según lo consignamos aquí, fue prepararse para enfrentar la lluvia de lodo que se inició y se espera arrecie al ser alentada desde la misma presidencia de la república.

El caso Lozoya, puso nerviosos a muchos, así que había que prepararse para enfrentar y luchar esa guerra. Ambos, Alito Moreno y Miguel Angel Osorio ya habían recibido sendos mensajes desde la misma presidencia de que iban por ellos al filtrarse el supuesto inicio de investigaciones financieras y judiciales en su contra.

Sin embargo, mientras los acuerdos iniciales eran enfrentar al presidente desde el poder legislativo y sobre todo desde el Senado con la integración del bloque opositor, los integrantes de la nomenclatura priista se preparaban para dar la guerra a la Cuarta Transformación y enfrentar la andanada presidencial.

Hasta ahí todo iba bien. Sin embargo, en una jugada individual, Alejandro Moreno cambió de rieles y apostó por la negociación con Andrés Manuel. ¿Cuál fue la oferta planteada?. Apoyarlo en la aprobación de ley de adquisiciones.

Al presidente le urgía sacar adelante esta reforma legal que le permite agarrar el control de las compras de medicamentos y poder hacerlas en el extranjero, incluso, sin el menor rigor de transparencia.

Resulta –según trascendió- fue el mismo Alejandro Moreno, quien propició y buscó el pacto directamente con el Presidente Andrés Manuel.

Las reformas a la ley de adquisiciones que ya había enfrentado un rechazo del bloque opositor y del mismo presidente de la Comisión de Salud en el Senado y se había platicado y acordado que no pasaría, finalmente si pasó.

Con el cambio de rieles y los votos de dos diputados federales priistas, como fue Dulce María Sauri y Rubén Moreira, la Comisión Permanente alcanzó los votos necesarios y pudo sacar avante la ley de adquisiciones.

La negociación que hizo solo Alejandro Moreno y contó con la complicidad de Dulce María Saurí quien pudiera tener su recompensa con la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de diputados en el próximo periodo legislativo, terminó por provocar un choque de trenes con el líder del Senado, Miguel Angel Osorio Chong.

Y es que mientras Miguel Angel Osorio negociaba con los presidentes de los otros partidos opositores y sus líderes parlamentarios en el senado para frenar la ley de adquisiciones, Alejandro Moreno jugó en contra sentido y pactó su aprobación con el presidente López Obrador.

Así se presentó la primera manifestación del choque de trenes, entre Osorio y Alito Moreno, cuando la cena programada para esa noche, no se llevó a cabo. Se canceló.

Fue a partir de esa fecha, cuando se marcó el rumbo de lo que días después sucedería con la aprobación de las modificaciones a los estatutos del PRI que le permiten a su líder nacional, Alejandro Moreno concentrar un gran poder en sus manos.

Con las nuevas reglas del juego, Alejandro Moreno podrá el solo tener el control de la designación de candidaturas desde gobernador hasta diputados locales en el 2021, pero además, agarra el control de los recursos y bienes de dicho partido existentes en todo el país.

Incluso, agarra el control sobre decisiones y designaciones que antes se hacían desde los gobiernos estatales como son los nombramientos de los titulares para las dirigencias estatales y municipales.

En fin, desde esa fecha, el control formal y legal del PRI recayó en un solo par de manos. En pocas palabras, recayó en el presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Alejandro Moreno.

1.-Previó al inicio del Consejo Político Nacional que fue vía digital, en el borrador de reformas a los estatutos, se planteó una tentación que sería la estocada de Alejandro Moreno a Miguel Angel Osorio Chong.

2.-En el borrador se planteaba que los nombramientos de los líderes parlamentarios no sería una facultad de sus mismos compañeros mediante elección directa, sino sería por nombramiento expedido por el Comité Ejecutivo Nacional. O sea igual como ocurre en el PAN.

3.-Pero la tentación de agarrar el control total de la fracción parlamentaria iba mucho más allá todavía. En el borrador se planteaba que los legisladores tendrían que consultar el sentido de su votación a alguna reforma de ley y ésta debería ser aprobada por el Comité Ejecutivo Nacional.

4.-En pocas palabras, Alejandro Moreno, pretendía quitarle, toda facultad de decisión a sus legisladores y dejarlos como simples floreros. Finalmente esta reforma se bajó de último momento.

5.-Pero donde si prosperó esta concentración de poder fue al pasar por encima de los gobernadores o de los virreyes priistas que aún sobreviven en algunos estados donde incluso ya no son gobierno.

El PRI actualmente cuenta con 14 gubernaturas. Es decir, no es gobierno en 18 estados y ahí los virreyes ya no tomarán las decisiones sobre las dirigencias estatales o municipales. Será el Comité Ejecutivo Nacional.

6.-Desde luego esta reforma de observancia general también aplica en Los Estados donde son gobierno, pero ahí, la cosa puede ser diferente y solo llevaría una dedicatoria con el nombre grabado de Manlio Fabio Beltrones en Sonora.

7.-El resto de los 11 gobernadores que fueron parte fundamental en la elección de Alejandro Moreno como dirigente nacional y siguen siendo quienes surten las recetas y la alacena del partido, llevarán mano, aunque en la teoría diga que será el Comité Ejecutivo Nacional quien hará y validará las designaciones de candidatos y dirigentes locales del partido.

8.-Desde luego, esto será así mientras los alineamientos entre gobernadores y dirigencia nacional se mantengan, porque en dado caso de romperse, los enfrentamientos pudieran ser de pronósticos reservados.

9.-Por lo pronto en el PRI los frentes de batalla se han abierto. Veremos que alcance tienen.

Habrá que estar pendientes.

PASO A PASITO.-Hasta ahorita en Sinaloa quien ha alzado la voz en contra de las reformas aprobadas a los estatutos del PRI, es el ex Senador y ex Alcalde de Mazatlán, Jorge Abel López Sánchez.

Jorge Abel señala y rechaza la concentración de poder que se da para seguir controlando la asignación de candidaturas, decisión que debe corresponder a la militancia.

Advierte una desbandada de priistas de cara al proceso del 2021 al tiempo que anuncia la creación de un movimiento y surgimiento de una asociación política para participar y buscar espacios en la elección del próximo año.

Veremos cuantos personajes más levantan la voz y la mano.

OTRO PASITO.-La fracción Parlamentaria del PRI en el Congreso del Estado y su líder Sergio Jacobo no quitan el dedo del renglón en su solicitud de pedir la remoción del diputado morenista Marco Antonio Zazueta como presidente de la Comisión de Fiscalización.

Ayer entregaron pruebas documentales, con los que a juicio del grupo parlamentario priista, se demuestra y comprueba que el diputado Marco Antonio Zazueta ha incurrido en constantes violaciones a la ley en el desempeño de su cargo.

Desde luego esta solicitud de los priistas pareciera no le quita el sueño al grupo parlamentario de Monera quien no solo no ha escuchado la petición de removerlo, sino que además le dieron un fuerte espaldarazo al elegirlo como presidente de la Comisión Permanente del Congreso.

Veremos en que termina todo esto.

UN PASITO MAS.-¿De los supremos aspirantes priistas al gobierno de Sinaloa quienes se fortalecen con la concentración de poder en manos del dirigente nacional del PRI?

Alfredo Villegas fue nombrado recientemente Secretario General Adjunto de Alejandro Moreno. Mario Zamora como Senador trae boleto en mano para la grande y tiene comunicación constante con Alito.

Jesús Valdez sigue en la jugada, tiene cercanía con Alejandro Moreno y el Ex Senador Aarón Irizar a quien no hay que dar por muerto.

Desde luego el “tapado” se les puede aparecer en dado caso de ir a una gran alianza.