columna oscar

Creo que es terrible lo que está pasando,

pero también tiene su lado positivo: bajar el ritmo, volver a comunicarse.

Enzima Verduchi

 

―Esta pandemia ha revelado la inutilidad de la economía ortodoxa. ―Dice Jonathan Aldred. Y nosotros le agregaríamos que esta crisis sanitaria también deja al desnudo las actitudes de quienes creen que pueden burlar las condiciones que nos impone el Covid-19. Mientras Europa, China y Estados Unidos regresan a medidas severas ante repuntes del coronavirus, nosotros abrimos el estadio Teodoro Mariscal para que una enorme masa de seguidores del beisbol, puedan ver presencialmente la Serie del Caribe en Mazatlán.

 

Japón pospuso las olimpiadas que debieron celebrarse en 2020, porque el Covid-19 no cedió. Y este año ya se habla de la posibilidad de llevar los Juegos Olímpicos a nueva fecha, lo que todos vemos como una actitud muy prudente ante los riesgos masivos de contagio. La Liga Mexicana del Pacífico tuvo que suspender dos semanas la temporada beisbolera por contagio de peloteros y del público, y a pesar de las medidas sanitarias tomadas después de ello, se cierra la temporada 2020-21 celebrando la Serie del Caribe de manera presencial, estando en plena ola heredada de nuestros descuidos por las aglomeraciones del fin de año.

 

Se impone el interés de la ganancia por encima del derecho a la salud. Desde el domingo 31 de enero el estadio ha lucido con una gran asistencia de aficionados y el Puerto con una actividad intensa en hoteles y zonas comerciales conocidas y otras improvisadas. El riesgo está presente en todos los puntos cardinales de la bahía más hermosa del Pacífico. Ojalá que más allá de las inexplicables prácticas imprudentes, las consecuencias no resulten tan severas ni cobren en vidas nuestros errores.

 

Vittorio Corasaniti, un humanista de hueso colorado a quien conocí en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos con sede en San José, Costa Rica, y hoy vuelto a su patria, nos describe los aprietos que vive Italia y las pretensiones de la Unión Europea en materia de reformas neoliberales, que dejarán muy mal parados a sus miembros más vulnerables: “La clase política actual no es nada estúpida. Se echo atrás en el momento oportuno, ante una situación inmanejable como la emergencia actual, haciendo creer que no podía ponerse de acuerdo por el bien del país.”

 

En su brevísimo análisis siente la necesidad de la precisión de un cirujano para concluir muy puntual: “Llega Draghi, uno con la autoridad extranjera adecuada para llevar a cabo esas reformas estructurales que se exigen desde hace tiempo a un país con feudalismo y corrupción.

 

“Desde ahora Europa estará desnuda, en el sentido de que se revelará a los ciudadanos italianos en todo su esplendor… o su brutura” (sic). Tiene como escenario más próximo a la Región del Piamonte, que ha padecido con crudeza especial confinamiento, contagio y muertes por Covid-19 y desempleo.

 

De nuestra parte tenemos que ser muy puntuales: esta prolongada pandemia nos obliga a priorizar la aplicación de vacunas a toda la población, según el protocolo establecido y a la velocidad que lo permita la adquisición de esta medicina preventiva. Será una gran pena que no dispongamos de los recursos suficientes para comprar las vacunas necesarias y para recuperar la planta industrial abandonada (incluidos laboratorios), con los cuales seguramente ahora tendríamos a mano una vacuna mexicana o en fase final de pruebas.

 

Retomando la sabiduría del pueblo brasileño que lanzó la consigna “ni morir de hambre ni morir de virus”, junto a la aplicación puntual de la vacuna, debe mantenerse una política de Estado que apuntale la planta productiva nacional, con el fin de incrementar el empleo y los ingresos de la población más vulnerable. Para este 2021 se ha planteado impulsar el mercado interno y la producción de alimentos, esperamos que ello se vea reflejado desde esta temporada agrícola invierno primavera, en una política que también busque poner en manos de cada mexicano (sin exclusión) los alimentos que garanticen su salud.

 

Al abrirse el nuevo período de sesiones, el Congreso de la Unión tiene también tareas prioritarias: amonestar seriamente las imprudencias permitidas en espectáculos como la Serie del Caribe y valorar en toda su magnitud el problema de la deuda pública. Hay dos elementos de mucho peso que están presionando para no desdeñar la necesidad de tocar de inmediato el tema de los acreedores: estamos en una segunda ola de la pandemia, con una profunda recesión económica que apenas permite una tímida recuperación para este año. Y nuestra moral no está en su mejor momento. Del Congreso de la Unión depende en mucho que la agenda nacional coincida con las necesidades que nos impone la coyuntura de emergencia. Vale.  

 

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