No cabe duda la certeza de algunos refranes, como aquel que reza “puede más el que quiere que el que puede”, y así parece cuando se comparan los esfuerzos de los principales presidentes municipales electos, “El Químico” Benítez de Mazatlán, Jesús Estrada de Culiacán, Martín Ahumada de Guasave y Gerardo Vargas de Ahome.
Los dos primeros han tenido “la gracia” de ser dilectos amigos del presidente López Obrador, quien les ha prodigado todo su apoyo político y material para su gestión, tanto que ambos han sido reelectos, sin que hayan tenido las luces y disposición de corresponder con esfuerzos mayúsculos en beneficio de la ciudadanía de sus municipios, ambos, lamentablemente, han tenido desempeños rutinarios a quienes la pandemia los ha cubierto, de alguna manera, para no hacerlos más evidentes.
En el caso de Martín Ahumada en Guasave, ciudadano reconocido y estimado, sin hacer ruido y con factores muy influyentes de MORENA en su contra, y sin conexiones con las élites de México, sin conocerlo, ha salido adelante con una campaña muy exitosa y un impasse hacia su toma de protesta, construyendo alianzas, proyectos y desbrozando el camino de trampas, triquiñuelas y chantajes, con la enorme desventaja de un cabildo adverso, y sin embargo aún avanza a la consolidación.
Y el caso más traumático, complejo y difícil, ha sido el de Gerardo Vargas en Ahome, que nada más faltó que le lloviera “de abajo para arriba” de tantos obstáculos que enfrentó, al extremo que, de todos los presidentes municipales de MORENA, fue quien estuvo en mayor riesgo, y por eso mismo quien tuvo mayor mérito en su victoria.
Es obvio que el ex secretario general de gobierno es, entre todos los presidentes municipales electos, el de mayor experiencia y posibilidades de un gobierno más exitoso y de reivindicar a MORENA, donde el pasado trienio tuvo el partido del presidente de la república quizás a uno de los peores presidentes municipales en el país, y de aquí de Sinaloa ni se diga.
Ganar Ahome para MORENA y Gerardo Vargas fue una obra titánica sin duda, resultando el candidato más bloqueado por intereses internos de MORENA que a toda costa buscaron descarrilarlo, incluso con la fuerza de una de las corrientes más fuertes a nivel nacional, que apoyaban al Billy Chapman y quien realizó la campaña del PT, que resultaron la segunda fuerza, por encima del PRI incluso, al final de la contienda.
Esta fuerza para nadie es desconocida, es la que encabeza Manuel Bartlett, director de CFE, que se habían apoderado de Ahome con el Billy Chapman y otros paracaidistas políticos como él.
Ya no se diga enfrentar al candidato a gobernador del PRI, Mario Zamora, al propio PRI, al PAN y al PRD.
Por eso, observar desbrozar el camino hacia su toma de protesta con múltiples acuerdos con grupos de la sociedad, con todos los partidos políticos y, lo más importante, conseguir el apoyo nacional para convertirse en vicepresidente de la organización nacional de presidentes municipales de MORENA, es todo un éxito que lo acerca a la meta.
Sin duda, todos estos presidentes municipales tienen mucho futuro, cada uno puede alcanzar metas políticas superiores y para todos “hay cancha”, pero solo les falta que “no se hagan bolas” y unan esfuerzos con el gobernador electo.