columna joseluis

Rubén Rocha, después del fallo a su favor de parte del IEES el pasado domingo 13 de junio, el lunes 14 hizo maletas y marchó a México, dejando una bola de coheteros encabritados, a los que solo les quedó intentar deslegitimar la elección afirmando que había sido obra del crimen organizado, como si no se supiera desde antes de empezar la campaña la paliza que le esperaba a Mario Zamora y al PRI el 06 de junio, y que fue patente durante toda la campaña.

 

El gobernador electo, hábil e inteligente, se dedicó a tejer y fortalecer relaciones políticas, que de todos los gobernadores electos, sólo Alfonso Durazo de Sonora le ganó la delantera, precisamente el único integrante del gabinete que se fue a competir por una gubernatura, y quien sigue teniendo picaporte en la presidencia de la república.

 

Rubén Rocha desde la elección se había posicionado con los resultados electorales como el candidato más votado de todos los aspirantes de MORENA y así fue reconocido en palacio nacional con las deferencias que le brindó el mismo presidente de la república, tanto que se convirtió de hecho en vocero de los once gobernadores electos de MORENA.

 

Nada es fortuito y tiene que ver con la habilidad política que quedó manifiesta en sus reuniones previas con la secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero, con el secretario de relaciones exteriores, Marcelo Ebrard, y con el secretario de agricultura, Víctor Manuel Villalobos, con quienes avanzó para apuntalar sus gestiones inmediatas y futuras.

 

Ya en el plano de lo concreto para la perspectiva del nuevo gobierno y sus proyectos para complementar e impulsar la vida económica y social de los sinaloenses, son alentadores los anuncios de concluir en la mayor brevedad los proyectos de las presas Santa María y Picachos, por todo el valor que tienen para los sinaloenses del sur, y en especial el puerto mazatleco, que representa culminar las obras turísticas de Quirino Ordaz, como lo es también la terminación de la carretera Badiraguato – Parral.

 

Son, sin duda, proyectos “ancla” que vendrán a detonar otros procesos de inversión y desarrollo de múltiples cadenas de valor, sin embargo, surge la duda, al ser inversiones que rebasan en su conjunto los 20 mil millones de pesos, y que vienen de lejos, si esas inversiones están garantizadas, excelente porque ese ha sido el “talón de Aquiles” de los mismos durante dos décadas, y sin ella no se podrán resolver.

 

Por otro lado, no tengo la menor duda que el gobernador electo cuenta ya con una cartera de proyectos sociales para que las diversas dependencias los contemplen en su presupuesto 2022, donde incluirá a Sinaloa y que, obviamente, serán las actividades más inmediatas que el nuevo gobierno transformará en sus actividades que movilizarán todo el engranaje del aparato gubernamental estatal y municipal.

 

Lo más relevante seguramente será cómo se actuará frente a la marginación, pobreza, inseguridad, educación y salud, que son los problemas más acuciantes e inmediatos de la población.

 

Pero todo ello no puede esperar hasta que aterrice el presupuesto 2022. El nuevo gobernador tomará posesión el 1° de noviembre, seguramente con las arcas vacías y un montón de deudas, por lo que tendrá 2ue preguntarse “¿Cómo le voy a hacer?”.

 

Por eso es indispensable razonar tres cosas: Aprovechar el impulso político con el que lo lanzó el electorado, la legitimidad que le brindó la mayoría aplastante y responder de inmediato a los anhelos de esa confianza popular.

 

El primero de noviembre el nuevo gobierno deberá salir a las calles y decirle a la gente cómo empezar el trabajo al que se comprometió, es decir, como concretar las esperanzas que alentó, y eso ya no se hacer con palabras, sino con hechos.