columna joseluis

Ayer domingo, alrededor de dos mil candidatos fueron registrados en el INE como en IESS, con poco más de doscientos candidatos por formación política que encabezan los siete candidatos a gobernador y los once partidos que compiten.

Se trata de las elecciones más grandes de la historia del país y de nuestro estado, la primera vez que se elige al gobernador del estado en una elección concurrente, que sustituye los cuatro años de elecciones que teníamos antes en el calendario político de Sinaloa, por solo dos, una cada tres años.

Así también por primera vez estará a debate en la elección dos proyectos de gobierno distinto: El nacional y el estatal ¿Cuán de los dos será el más relevante? ¿El balance de la gestión presidencial o el balance de la gestión estatal? ¿O los dos?

Estas son dudas que sin duda responderán los respectivos “cuartos de guerra” de cada candidato y, por lo que se ve, en lo que respecto a Mario Zamora, de la coalición PRI, PAN y PRD tal parece que los problemas de Sinaloa son producto de la presidencia de la república, como lo acaba de publicar “El Sol de Sinaloa”, donde no existe un solo renglón que diga algo de Quirino Ordaz y su gobierno, por ejemplo.

Ya veremos a los demás candidatos por cuál será su enfoque en el discurso político que emplearán en la campaña electoral, pero lo que si será un hecho es que los sinaloenses demandarán programas y propuestas de políticas públicas ante la realidad del estado, sus municipios, sus instituciones y, especialmente, sobre los principales problemas que aquejan a la población.

Algo que será muy cierto es que nadie podrá “nadar de muertito” o “hacer que la virgen le habla”, porque cada quien deberá dar la cara por lo que representa sin eludir nada y menos no tener ideas de lo que pretenda impulsar y llevar a cabo.

Por lo pronto ya están prácticamente todos los registros de los candidatos a gobernador, por lo que esta semana que empieza y la que viene será disipar la polvareda que queda de los registros en donde nadie queda satisfecho y mucho menos a quienes no toca nada en el reparto de candidaturas.

Todos los partidos han quedado como los boxeadores después de diez rounds de cruzar golpes, con un montón de rasguños, moretones y heridas, que poco a poco irán sanando sin saber quiénes fueron los más afectados y beneficiados.

Cada formación eligió su método y procedimiento para definir sus fórmulas de candidatos y cada uno pagará los costos de sus errores y debilidades de sus procedimientos, pero nadie saldrá indemne.

Porque lo que sigue será curar y lamer heridas