columna joseluis

 

Felicidades a todas y todos que llegamos a este 2020 para cumplir un ciclo más de nuestra existencia y ser parte de ese maravilloso movimiento que es la vida, donde ojalá todos tengamos el éxito que deseamos, un abrazo para todos.

 

Iniciamos un año que anticipa el cambio de poderes en Sinaloa y la cámara de diputados del país, en el que fundamentalmente se construirán las definiciones políticas que formarán las fuerzas que se disputarán esos poderes y desde ahora, poco a poco, todos nos incluiremos en ese movimiento político social del que seremos actores de una u otra manera.

 

Ya el 2019 se movieron muchas cosas con acomodos, reacomodos, nuevos actores y variables sustanciales que antes no se configuraban como hoy. AMLO, como ningún otro presidente, bien o mal, como se considere, ha asumido el control político de todos en todos los partidos y hasta ahora no hay quien lo reduzca o acorrale en sus decisiones.

 

El PRI fue desparpajado y fragmentado en expresiones que representan sus gubernaturas, mientras que el PAN sufre la amenaza de que antes que los ex presidentes del PRI puedan ir ante un juez, los ex presidentes del PAN están más próximos.

 

En síntesis, AMLO los tiene a todos hoy subordinados, e incluso su partido MORENA no figura como un actor político y sufre como el PRI y el PAN, las tres cabezas que formarán bloques políticos electorales, tomarán acuerdos con la presidencia de la república.

 

Nunca como ahora se había absolutizado tanto el poder, incluso en las décadas del partido de Estado que representaba el PRI y la presidencia de la república parecía más la corona de un rey, había sido tan ostensible esta hegemonía y control.

 

AMLO tiene un poderoso respaldo popular, ha tejido alianzas con todos los poderes institucionales y fácticos y ha logrado la desarticulación de todos aquellos que pudieran acumular una fuerza para contraponerse. Partidos, gobernadores, empresarios, medios de comunicación y órganos del Estado adverso han sido bombardeados desde la presidencia de la república y hoy todos buscan su sobrevivencia.

 

¿Cómo será posible construir un bloque y movimiento político social contra AMLO que permita una alianza electoral que lo pueda derrotar?

 

Hasta hoy no se ve ninguna posibilidad de que ese poder de AMLO se agriete, desgaste y pueda fracturarse, por el contrario, puede resultar al final de la contienda con mayor poder.

 

Por ello los partidos, fuerzas sociales y políticas, así como empresarios, deben pensar en una batalla cultural como la que él encabezó con su bandera contra la corrupción, todos los opositores a él deberán enarbolar una bandera común y esperar hasta 2024.

 

El 2021 AMLO saldrá más empoderado y veremos si más fortalecido, cuestión que dependerá de qué tan capaces sean los partidos opositores y grupos empresariales para desgastarlo en su base social, antes y durante el 2021.

 

Porque si no es así, el 2021 AMLO lanzará una contraofensiva mayor que le de los soportes políticos que su proyecto personalísimo necesita.

 

Para eso será muy importante cual de los tres bloques es más capaz de construir alianzas de partidos, con grupos políticos regionales y especialmente con partidos chicos como PT, PRD, MC y los de nuevo cuño.

 

Es cierto, AMLO es más poderoso, pero en la centralización de ese poder está su debilidad y quien la sepa tocar puede ganar y hasta ganarle. Felicidades de nuevo a todos.