Un triste adiós a nuestra amiga Doris Brown, D.E.P. y un abrazo a toda su familia y amigos.
Así como el gobierno rochista resulta un monumento a la ineficacia, tal parece que los juicios y soluciones en sus conflictos están por el estilo.
Una losa pesada siempre lo abatió: la sumisión al centralismo y el culto de la personalidad. Lo mismo se aplaudió el “abrazos y no balazos”, como el combate a la pandemia con la charlatanería de los chamanes, los “detentes” y la escasa sensibilidad ante los estragos sociales que provocó el virus y definiciones económicas a caprichos Y no a las necesidades de Sinaloa, elevando el “sí, señor gobernador, lo que usted diga” a consigna.
Otro tema fue hacerle segunda al cliché de “90% de lealtad y 10% de eficacia”, que al final resultó solo en lealtad a la persona y total traición a los principios de “no robar, no mentir y no traicionar”, y de la eficacia ni el 10% se acordaron; no se les ocurrió hacer algo.
Ya casi cumplen tres años y medio de gobierno, y se ha ido de fracaso en fracaso, y lo peor, que ahora todavía siguen algunos vivales de la tinta y el papel, haciéndoles creer que no tienen nada que ver en lo que ocurre, que no tienen ninguna responsabilidad y que los anteriores, refiriéndose a MALOVA y Quirino Ordaz, hubieran sido peores.
Hágame usted el favor; pretenden dorar la píldora al gobernador Rubén Rocha diciéndole prácticamente que él es más eficaz que los otros, que los otros no hubieran hecho ni lo que hizo, como queriendo decirle “es usted muy fregón, señor gobernador”.
Esos comentarios son una vergüenza y un insulto para los sinaloenses ante la gravedad de la crisis de inseguridad que vive Sinaloa, mucho más aguda en el centro del estado.
Como los ridículos que hacen el senador Noroña y demás personajes desde el gobierno de la República, de pretender tapar el sol con un dedo o con un simple rechazo ante la tragedia de Jalisco, como si fueran nuevos.
No, eso no le hace falta, ni a Sinaloa y mucho menos a México; eso ya quedó evidenciado que fue una gran comedia, si no hubiera sido tan trágico, pero no, ya basta de retóricas perniciosas que pretenden quedar bien cultivando el ego del gobernador.
Sinaloa tiene graves problemas, y vive una tragedia multiplicada por cada hogar lastimado por la pérdida de algún ser querido, patrimonio reducido y el miedo como guía social, como para que le sigamos el juego al gobernador y no mejoremos la vida de nuestra comunidad.
Estamos tan ensimismados en nuestros micromundos, que perdimos de vista que estamos entrando a la etapa estacional más crítica del año en Sinaloa: la primavera, sí, la primavera, cuando los empleos se reducen a su mínima cantidad porque ya se acabaron todos los cortes de verdura y hortalizas, porque todo lo del mar está vedado por la época de reproducción de su fauna, porque el sol empieza a ser cada vez más intenso, la temperatura sube, crece y, lo peor, sin agua y con perspectiva de cosechas magras.
Le urge al gobierno hacer un alto en el camino para revisar todos sus renglones, sopesar sus haberes, contemplar todos sus activos y potenciales aliados, elaborar planes de contingencia y emergencias, pero sobre todo hacer consciencia de que todos los niveles de gobierno tienen que actuar como uno solo y golpear severamente a la simulación, el dispendio y la corrupción.
Los diputados deben ser un solo equipo, no para ponerse de alfombra del gobernador, sino para coadyuvar y dirigir la batalla que se les daba de dar en todas las comunidades y sectores de la sociedad Sinaloense. No son momentos de seguir perdiendo el tiempo; dicen que hasta los santos lo lloran, ¿será cierto?