Hoy, a las 11 horas, será conocida la convocatoria del consejo universitario para la elección del rector para el periodo 2025-2029, quien será electo por el voto universal, directo y secreto, el retorno 20 años después, de la democracia directa que había degenerado entonces en un sistema clientelar, corporativo y corrupto, que había erosionado poderosamente las funciones sustantivas de la UAS, tanto que los egresados de aquel entonces, al momento de entregar su solicitud de empleo en múltiples empresas, se enfrentaban a un requisito que les resultaba insalvable y que era no ser egresado de la UAS.
Hasta ese punto se había descompuesto la imagen de la institución, gracias a la politiquería imperante que había corrompido hasta lo más sustancial de la UAS: la academia.
Fue en el 2005, con la llegada entonces del rector Héctor Melesio Cuén Ojeda, que esa situación empezó a cambiar hasta imponer un sistema que ponderaba el funcionamiento en el conjunto de las obligaciones sustantivas de la UAS, hasta convertirla en una forma cotidiana de trabajo, que paso a paso se fue abriendo espacios hasta lograr ser hoy por hoy la mejor universidad del noroeste de México, la tercera a nivel nacional, solo después de la UNAM y el Tec de Monterrey y la primera de las universidades estatales según el ranking internacional que año con año realiza el “Times Higher Education” con sede en Londres, Inglaterra.
Ranking en el que, por cierto, la UAS ha avanzado desde 2022 al 2025 del onceavo lugar al tercero, superando ocho posiciones y colocándose en lo más alto de las universidades del país que, para decirlo en términos deportivos, ya alcanza a ser parte del ranking de medallas.
Ese ha sido el periplo de la UAS en pocas palabras, que le ha implicado muchos esfuerzos para llegar hasta ahí, tantos que padece un déficit financiero histórico que, si no, quizá ya fuera la número uno del país.
Sin embargo, como decía el filósofo: “las cosas son como son y no pueden ser de otra manera”. Con todo y eso, la UAS está aquí más robusta y palpitante, con el sueño de ser un motor e insignia de las nuevas políticas de educación media y superior que se están pretendiendo para el país con el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum.
Por eso, después del día de hoy, martes 18 de marzo, el consejo universitario de la UAS publique la convocatoria para elegir al nuevo rector o rectora para el periodo 2025-2029 después de que Jesús Madueña Molina ha manifestado su aspiración de ser reelecto y que el propio consejo universitario le ha otorgado todo su apoyo. Las condiciones están dadas para culminar esta etapa sin mayores sobresaltos y conflictos, por lo que los retos inmediatos serán la inserción nacional de la UAS, el crecimiento de sus fortalezas y la superación de sus obstáculos.
Yo creo que el más fácil, si es que tiene algo fácil, es su reinserción en la educación nacional. ¿Por qué lo afirmo? Porque la UAS tiene muy claro y definido que la base para el desarrollo de la educación superior radica en un subsistema de bachillerato sólido y fuerte que la soporte, y el cual tiene el subsistema que será muy útil al gobierno federal para el diseño e implementación del bachillerato único nacional.
Y sobre sus obstáculos, el mayor es el déficit presupuestal, y este solo es posible superar con una reingeniería financiera que le dé viabilidad y factibilidad a la prestación de la jubilación dinámica. No resolver la financiación de ese gran gasto será simplemente alargar el tiempo de una quiebra.