columna joseluis

 

Este 1° de octubre inician los diputados de Sinaloa (LXIII Legislatura) su segundo año en el ejercicio y como al principio, continúan sin cuadrar un programa de transformaciones en la forma y contenido de la vida pública y política de Sinaloa.

Para empezar, nunca entendieron las trampas y la falta de respeto que el gobernador Quirino Ordaz les impuso en el receso entre la elección del primero del julio de 2018 y la toma de protesta tres meses después, el primero de octubre, cuando impulsó reformas a modo en leyes para el control de la inversión, como la de obras públicas.

Todo un desafío les lanzó el gobernador y no lo entendieron y menos lo atendieron por supuesto, lo que significó la concentración de poder del gobernador sobre todos los municipios, cuando MORENA gobernaría a partir del 1° de noviembre los cinco municipios más importantes de Sinaloa (Ahome, Guasave, Culiacán, Navolato y Mazatlán), como tampoco se prepararon para enfrentar los otros dos pilares de las funciones del congreso, el presupuesto y la revisión de cuentas públicas.

Tanto ha sido el no entender lo que hizo el gobernador y las obligaciones sustanciales del congreso, que prácticamente los temas del presupuesto y las cuentas públicas se convirtieron en batallas campales.

¿Y todo por qué? Porque el gobernador se cree el mandamás en todo Sinaloa y muchos diputados también lo ven así, además de la ignorancia de sus funciones, cuando el poder supremo es el congreso porque de él emanan los demás poderes y mandos, con excepción del gobernador, que es electo por el voto directo popular, pero está subordinado a las leyes y el congreso del estado es su garante.

En la historia política moderna de Sinaloa la inmensa mayoría de los diputados que han pasado por el congreso del Sinaloa no han entendido su poder, su importancia y su rol, que hasta algunos se han comportado como figurines, pero la realidad es muy distinta porque son ellos la matriz del gobierno y no los comparsas del gobernador, como ha sucedido con muchos, lamentablemente.

Hay algunos que le temen al gobernador en turno y otros que piensan que están para servirle y seguir sus órdenes. Es cierto que algunos llegan como sus empleados, pero los que son oposición a él y se piensa que tienen un proyecto de gobierno, no debiera ser así.

Tanto poder tienen los diputados que están obligados a que todos los entes de gobierno, incluido el gobernador, debe informarle de todo lo que hacen, revisar esos informes y si no son coherentes, fehacientes, transparentes y legales, pueden los diputados actuar contra cualquiera de ellos, incluido el gobernador, por supuesto.

Por eso, y por los agravios que el gobernador ha infligido a MORENA con los madruguetes legislativos a través del PRI antes que entraran en funciones, como la vulgar compra de diputados para minar a MORENA e impedir votaciones adversas a las propuestas del ejecutivo estatal, MORENA debe obrar con precisión, velocidad y contundencia, de tal manera que el congreso del estado se convierta en el poder que debe ser, MORENA la fuerza política del cambio y el gobernador en un subordinado a las leyes.