Sin dar la más mínima explicación de los saldos financieros que guarda la última inversión bancaria del gobierno de Sinaloa, cuando compro 750 mil toneladas de maíz de la cosecha 2023, cuando se invirtieron por el gobierno estatal, casi 5 mil millones de pesos, al pagar 7 mil pesos por tonelada, para luego almacenar dicho maíz con la pretenciosa idea de laxar el mercado para incentivar los precios para los productores, que luego se convirtió en una bola de nieve, cuando pasaron los días y los meses y el maíz no se vendía, pero si pagaba renta por las bodegas (200 pesos por tonelada mensual), al grado de no saberse absolutamente nada de lo que ocurrió con tal desatino financiero, como tampoco del maíz, si se vendió o sigue almacenado.
Esa operación ya rebasa los 18 meses (año y medio) y el gobierno Rochista no rinde ninguna cuenta al respecto, a lo que se suma la operación de los auditorias fiscales a los grupos COPPEL y ARHES que encargo el SAT y que el gobierno de Quirino Ordaz no remitió al gobierno federal y que este obligo, vía tribunales, a que el gobierno de Rubén Rocha pague esos 2300 millones que no debió retener el gobierno de Sinaloa, asunto que como dijo la Diputada Tere Guerra deben fincarse responsabilidades.
Pero apostar al olvido de los antecedentes del gobierno Rochista en materia financiera, desde ningún punto de vista, legal, moral y político es sano, por lo que, si se pretende otra nueva deuda, por que al final el desvió, el mal manejo financiero y la autorizaría de deuda pública a largo plazo por 2300 millones que ahora pretende el gobierno de Sinaloa, no son otra cosa más que deuda del erario público que es quien tiene que pagar.
Y digo apostar al olvido, por que el gobernador Rubén Rocha, en ningún caso informa y da explicaciones, aun cuando su coordinadora de diputados de MORENA señala que el caso del desvió de los recursos del SAT, del que “debe haber responsables por la deuda de 2200 millones del gobierno de Sinaloa al servicio de administración tributaria (SAT)” como la diputada declaro el pasado 20 de diciembre a los medios de comunicación, demando de hecho al gobernador, una explicación, que no la ha habido y creo que no lo había.
Esos son los nubarrones que empañan el ejercicio gubernamental de Rubén Rocha quien a gobernado con el “ahí se va” sin respetar la elemental transparencia y rendición, como de hecho lo exige la presidenta de la junta de coordinación política del congreso de Sinaloa.
Es muy fácil voltear la mirada hacia otros lados y eludir esos nubarrones, “al fin que al cabo nadie se acuerda después”, como a ocurrido con gobernadores anteriores.
“El plan de restricciones económicas para Sinaloa” no puede ser tal con esos antecedentes y hasta resulta omiso cuando eluda la crisis económica de Culiacán, el Dorado y Elota producto de la inseguridad y violencia que ha tenido un altísimo costo de vidas, dolor, miedo y pérdidas económicas, empresariales y laborales, que no contempla en ningún renglón.
Seguramente el gobernador Rocha obtendrá la mayoría calificada de diputados que le autorizaran el crédito de 2300 millones y posiblemente en fast-track, donde no habrá el más mínimo rubor ante los antecedentes de su gobierno, mucho menos una crítica y hasta algunos votos en contra. Ya veremos.