columna joseluisLa situación de Sinaloa y su gobierno vive una realidad sumamente compleja y difícil por la concurrencia de múltiples problemas y la prevalencia aun en el gobierno, de una persistente incompetencia, lo que no cambia con profundidad pese a un montón de cambios de funcionarios y que solo empezó a reaccionar, cuando AMLO dejo el gobierno de la república y Claudia Sheimbaun intento una línea diferenciada.

 

Quizá, lo más contundente, haya sido la salida del secretario de gobierno Enrique Inzunza y el relevo por él, de Feliciano Castro, como haya sido, lo cierto que el gobierno Rochista intenta asumir su capacidad de gobernar, cuando decide finalmente establecer un acuerdo con la UAS, lo que ha representado.

 

Un alivio ante el alud de problemas que se agudizaron con la crisis de inseguridad y violencia que se instalo luego de los sucesos del 25 de julio.

 

Poco a poco el conflicto mayor como era el de la UAS, que se despresurizo y prácticamente está llegando a una solución definitiva, ha representado una bocanada de oxígeno para el gobierno rochista, que busca afanosamente salir del pantano político que lo atrapo.

 

Como si los problemas con que llega el gobierno de Sinaloa al fin del 2024 fuera poco, el escenario ampliado que se avizora para el 2025, como la agenda que impone las coyunturas de la dinámica propia de la sociedad Sinaloense, no se perfilan nada fáciles.

 

Los problemas de las cosechas en febrero – marzo de trigo y garbanzo, así como la maduración de la cosecha de maíz junto con la caída de su precio en el mercado, en ningún caso es promisorio, máxime si se presenta alguna helada en el punto más alto del invierno Sinaloense al que ya estamos entrando.

 

También en los próximos dos meses se ubican dos fechas que marca la estacionalidad de la pesca y la horticultura.

 

La primera, a fines de enero empiezan las vedas de las especias que explotan los 42 campos pesqueros del litoral Sinaloense, trabajadores que prácticamente queda sin trabajo hasta el mes de septiembre.

 

La segunda, cuando es marzo termina la cosecha de hortalizas, decenas de miles de jornaleros se quedarán sin empleo, algunos retornaran a sus estados de origen y otros, los que viven en Sinaloa regresaran a sus hogares a esperar en que se emplean.

 

Estos nuevos ingredientes a los problemas que arrastramos del año pasado, se incorpora por lo menos los señalados, si es que no surgen otros, que me temo pueden desprenderse de las acciones que pueden emprender el nuevo gobierno de estados unidos que encabezara Donald Trump y de las decisiones financieras que adapte el gobierno de Claudia Sheimbaun, que esperamos no pase nada, pero las amenazas ahí están.

 

Estos escenarios, si no es una tormenta perfecta, quizá se parezcan más a un cóctel político que puede resultar explosivo y más aún, si el rochismo se atolondra y no actúa como las probables situaciones ameritaran, pueden ser peores. Ojalá y accionen como corresponde.