columna joseluisEn términos generales, el estado de Sinaloa, está considerado dentro en la zona más cálida del país, ante el escenario que continuara la escases de lluvia y con temperaturas altas, y que contamos con un nivel promedio de todas su presas en un 31 por ciento, el pasado 2 de octubre el consejo estatal de desarrollo rural, encabezado por el gobernador Rubén Rocha, de manera unánime aprobó el plan de siembra en superficies de riego, en el cual suman 490 mil hectáreas, la mitad de la superficie total, sin considerar la superficie de siembra de hortaliza que alcanzara las 65 mil hectáreas de cultivos, lo que en total sumaran 555 mil hectáreas, de las cuales tan solo de maíz, se cultivaran 295 mil hectáreas.

 

Si usted analiza de conjunto todo este contexto, que, si le agregaran la incertidumbre de la comercialización del maíz al tener un valor en el mercado internacional que no llega a los 4 mil pesos, las posibilidades de un ciclo agrícola venturoso para los productores, tiene una cuesta muy empinada, por lo que les será difícil tener éxito con sus cosechas sin el apoyo de los gobiernos estatal y federal.

 

Para empezar, ya estamos a 14 de octubre, sigue sin llover y no hay ningún pronóstico de lluvia menos los ciclones o tormentas tropicales que pudieran elevar el nivel de las presas, el problema del agua es un factor clave en la agricultura y si este no mejora, los riesgos de bajas cosechas pueden considerarse un hecho y en consecuencia no alcanzar un volumen que garantice una renta favorable al productor.

 

El tercer elemento es no contar con un precio de garantía para el productor de maíz al considerarse agricultura comercial a los maiceros y regirse por los precios de los mercados internacionales, donde la tendencia no es a que esos precios mejoren, por lo que el único recurso será apelar a la ley de desarrollo rural y considerar un siniestro agrícola de tal manera que el gobierno garantice un precio rentable, como ya lo ha solicitado el gobierno de Sinaloa, tanto al secretario de agricultura Julio Berdegue Sacristán, como al subsecretario Leonel Cota, que en la propuesta de presupuesto de gobierno federal para el sector se incluya un precio objetivo de 6 mil pesos para la tonelada de maíz.

 

Visto el problema en general por sí mismo ya es un reto considerable controlar y resolver el mismo, así como garantizar el precio que está solicitando el gobierno de Sinaloa al gobierno de la república, cabe considerar muy responsablemente, el escenario macroeconómico por el que está atravesando el país, que dependiendo como se desenvuelva, puede provocar que las condiciones de los productores empeoren.

 

La situación de la producción agrícola de por si está en serias dificultades y si a ello se agrega que el presupuesto federal siga siendo limitado para estados y municipios, y que el presupuesto del gobierno federal continúe siendo deficitario en el 2025, no hay condiciones para que se generen mejores condiciones para atraer más inversiones extranjeras y se complique aún más las relaciones económicas con Estados Unidos y Canadá, la economía nacional correrá mayores riesgos y en un contexto de crisis general, la producción primaria es la que más rápido reciente sus efectos, como sería la agricultura sinaloense.

 

Por ello, las medidas del gobierno sinaloense se inscriben ya en un contexto complicado, pero no está de más acentuar el control de precios de los insumos agrícolas, conseguir compras de volúmenes de fertilizantes en mercados extranjeros, vigilar extraordinariamente la distribución del agua, prever alternativas si el gobierno federal, como ya ha ocurrido falla con los pagos para la comercialización, etc.

 

En fin, la moneda ya está en el aire y existen muchas condiciones desfavorables, por lo que habrá de trabajar intensamente y construir puentes y comunicaciones permanentes entre gobierno y productores.