columna joseluisComo no ocurría desde hace mucho tiempo, han surgido voces diversas, en todos los tonos y con demandas distintas, todas ellas coincidentes en que la inseguridad y violencia que golpea a Sinaloa y de manera preponderante a Culiacán, es el problema principal que los une y activa a la ciudadanía a manifestarse y exigir un alto al estado de miedo que paraliza y afecta todas las actividades.

 

Las voces que surgen de todos lados, se puede resumir en los que han viajado a la Ciudad de México para tocar las puertas de palacio nacional y convertir la demanda de paz y seguridad, lo que ya es demanda nacional.

 

De todos esos grupos el primero en manifestarse han sido las “buscadoras”, madres con hijos desaparecidos, rubro en el que tan solo en un mes han sido 254 personas en el país han desaparecido, por encima de los 200 asesinados.

 

Otro tanto de ciudadanos fue a dar una conferencia de prensa para trascender en los medios de comunicación, fueron tres grupos organizados, que por su diversidad sintetizan la trascendencia del problema. Me refiero al responsable de la coordinación estatal de seguridad ciudadana, organismo público que encabeza el expresidente municipal de Navolato, Miguel Calderón Quevedo, la COPARMEX Culiacán, la CANIRAC y la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos con la representación de Oscar Loza Ochoa.

 

Lo que expresa, la síntesis de miles de voces que día a día se expresan en todos los medios de comunicación una muestra de la sociedad civil organizada exigiendo acciones de los tres niveles de gobierno, no solo con medidas de contención y combate a la violencia e inseguridad, sino también en programas para amortiguar los daños colaterales en la economía, los ingresos, el trabajo y la alimentación de las familias, así como apoyar el deterioro de la economía de las empresas.

 

La respuesta, después de un intercambio de declaraciones contra el gobierno de Sinaloa y el de Culiacán, atacándolos unos y defendiéndose los otros, poco a poco se impuso el razonamiento cada vez más generalizado de que algo se tenía que hacer y la reacción, aunque lenta y tardía, a empezado a fluir y construir otro escenario que poco a poco restablece la confianza y la certidumbre de que el conflicto está disminuyendo, aunque continúan existiendo un número considerable de delitos y víctimas.

 

Ya se reforzó la milicia, las policías locales están bajo observación, el nuevo gobierno de la república hizo acto de presencia con la sesión del consejo nacional de seguridad en pleno aquí en Culiacán, así como observar insitu el panorama de Culiacán, otra acción es que los gobiernos del estado y del municipio, están trabajando programas emergentes de apoyo a negocios y familias.

 

Sin embargo, aun cuando se están generalizando las actividades y prácticamente ya regresaron todos los estudiantes a clases presenciales, los riesgos siguen latentes por que ningún grupo a levantado “bandera blanca” en son de paz o alguna tregua, por lo que el conflicto entre los grupos facticos enfrentados continua y los hechos seguirán presentándose ya veremos en los próximos días, que tanto funcionarán las medidas gubernamentales, que ojala sean para terminar el conflicto.