columna joseluis

Toda la gente que se propone enderezar al mundo lo que en realidad quiere es enchuecarlo a su medida. No hay nada más torcido que un enderezador.”

  • ― Xavier Velasco, Diablo Guardian

 

Quienes esperaban de AMLO un informe que destacara el contexto nacional e internacional, describiera el tránsito de gobierno, planteara un proyecto y ponderara las exigencias del futuro, se quedaron esperando, por que el informe presidencial no fue lo que la lógica de cualquier sistema democrático establece, dibujar el estado que guarda la nación, empezando por los retos que ha enfrentado el nuevo gobierno, tanto internos como externos, los obstáculos, los avances y lo que se propone con un conjunto de tareas y nuevas medidas.

 

No, no fue así, AMLO se ajustó a su ritual histórico de su comportamiento político, tan sencillo y tan inusual, que no respeta cánones y leyes, siendo siempre igual a como el considera debe ser el mundo y no como el que se construye todos los días entre todos.

 

Tanto, tanto , que su pensamiento es único e invariable, quizá más que quienes son ungidos con poderes monárquicos o de sangre, con tal poder que la inmensa mayoría es subyugada y hace que dicha mayoría pierda de vista de vista el autoritarismo, el caudillismo y la esencia antidemocrática que contiene para imponer su voluntad por mas caprichosa que sea.

 

He visto a tantos y tantos personajes de linaje, estirpe y sapiencia sucumbir ante tal embrujo que me asombro de tal fenómeno y la única explicación que encuentro es la existencia de una profunda cultura de la sumisión y obediencia política que ha impuesto el régimen presidencialista del PRI por más de 80 años, forjándose una mentalidad del mexicano obediente, sumiso y muy interesado, aderezado con un ropaje ideológico, político y cultural, el cual AMLO recita y repite sacudiendo ese subconsciente histórico adormilado al que ha logrado despertar.

 

Y mientras llega la frustración, es posible que logre cambiar la realidad y la evite o cuando se dé, probablemente su tiempo ya habrá concluido y si no es así, puede darse una crispación social que por ahora es indescifrable, de darse antes de cambiar su gobierno.

 

López Obrador lo que informó fue una reiteración de todo lo que dijo en campaña y lo que ha sido su gobierno que todos los días y que ha machacado en la mente de los mexicanos. El de AMLO no fue un informe tradicional, acorde con los rituales republicanos y constitucionales, cuestión de forma dirán algunos, y si, tienen razón, pero al final del día es fondo por que no puede hacer lo que quiera.

 

Volvimos a escuchar la aberrante idea, no de un presidente centralista, antidemocrático y oscurantista, sino la visión de un personaje que se cree dios. Con el PRI vivíamos una república monarcal y ahora nos topamos con una república religiosa o de fanáticos, por lo menos.

 

Los perfiles del gobierno Amlovistas son riesgosos y sugieren retrocesos catastróficos para un cambio del país como se ha enunciado reiteradamente, todo esto queda de manifiesto cuando repudia la pluralidad, no tolera posiciones diferentes, es incapaz de conciliar; tergiversa o malinterpreta la historia, le incomoda la modernidad y es incapaz de reconocer a los demás, mucho menos es capaz de rectificar.

 

AMLO transita por una ruta que fue muy útil como oposición al PRI, pero que ahora como gobierno es ineficaz, porque el trabajo de gobernar es muy distinto al de ser oposición.

 

El presidente de la república no ha entendido que lo fundamental y prácticamente lo esencial, es realizar lo que la ley obliga, por eso es el primer mandatario, porque la ley lo manda, lo obliga a que tenga resultados, hechos concretos, sin tanta retórica y publicidad que como en otros gobiernos, maquillan la realidad en aras de sostener esa manipulación tan nefasta para el desarrollo democrático de la república.

 

Eso es lo que el primero de septiembre debió presentar el presidente y no ignorar los pasos que se han caminado, pretendiendo que todos estos han sido acertados.