columna joseluisLa 4T, en su sublimación a movimiento histórico y con el dogmatismo a cuestas, creen que su coronación merece una nueva constitución para el país, sin más fundamento que su convicción dogmática y no el programa que una nueva república convocara, como ha ocurrido con las guerras de reforma en 1857 y la revolución mexicana en 1910.

 

Sin comprender tampoco por la 4T, los tiempos de la modernidad política, son los tiempos de la democracia y no los del autoritarismo en los que surgieron las tres constituciones que registra nuestra historia nacional, cuando emanaron de sendas guerras fratricidas y de regímenes militares.

 

No, la historia moderna se escribe con base en la pluralidad, la alternancia, la democracia y el estado de derecho, y así tendrá que ser ahora y en el futuro, so pena de restablecer el militarismo y los gobiernos dictatoriales, como ahora apunta la 4T con su presidente de la república y gobernadores autócratas.

 

Así, en el acto de 107 aniversario de la constitución en el teatro de la republica de Querétaro donde se aprobó la constitución mexicana de 1910, el ministro de la suprema corte, Alberto Pérez Dayan, lo estableció en su discurso en nombre de todos los ministros, “ por encima de la constitución no hay poder alguno”… “es precisamente la constitución lo que nos da facultades suficientes para invalidar cualquier actor que no la respete”…”bajo estas ideas debemos conciliar todos, considerando que los tres poderes de la unión y sus integrantes cualquiera que sea su origen, son democráticos al surgir precisamente del propio elemento constitucional, aquí ninguno es mas democrático que el otro”…”el texto supremo explica en su artículo 3° , que por democracia debemos entender no solamente aquella estructura jurídica del régimen político, sino un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo, cada sentencia del poder judicial que obliga a quienes no cumpla con el mandato de la constitución de la ley a realizar lo que estas prescriben, representa una acto democrático que labrá la confianza popular en el depositado, en otras palabras, hacer cumplir la ley es uno de los actos democráticos más genuinos del servicio público”…”defender a la constitución, es defender al pueblo mismo, aunque no siempre se quiera entender así. “… “duele escucharlo lo sé, pero más doloroso será dejarlo pasar”.

 

Sin duda, un discurso del ministro Pérez Dayan, que dibuja el momento político que vive el país, que desde el poder ejecutivo, desde más de cinco años, se rige bajo el principio de “que no me vengan con que la ley es la ley”.

 

Como lastimosamente lo vemos todos los días con los autócratas de la 4T, que se creen virreyes de la época de Luis XIV en la vieja Francia que considera, como aquel monarca, “el estado soy yo”, sin reparar en lo más mínimo en el marco constitucional que nos rige, como quien gobierna Sinaloa a quien no le importa si viola la constitución y las leyes con sus decretos. Líbranos señor.