columna jorge=Sin nada aclarado, hasta el momento

 

= Que no se descartará ninguna línea de investigación

 

= Comenzó la cuenta regresiva para el “Cambiadero”

 

= Inzunza en 3 y 2: o se queda o se va al Senado.

 

(Regresamos a nuestro espacio habitual, luego de un breve periodo vacacional, el cual coincidió, lamentablemente, con algunos hechos impactantes en la vida cotidiana de nuestro Estado, traducidos, a la vez, en acontecimientos periodísticos que no enaltecen, precisamente, la dinámica de Sinaloa. En fin.)

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Bien.

Los eventos a los que nos referimos se suscitaron, de hecho, hacia finales de la cuarta semana de julio, justamente en la parte más intensa del tiempo del asueto anual correspondiente al verano: uno de ellos, la detención en Estados Unidos de Ismael “El Mayo” Zambada, considerado como una de las figuras mas importantes en la actividad del narcotráfico, en el mundo entero; el otro -el mismo día: jueves 25 del mes pasado – el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda, diputado federal electo por el PRI y líder moral tanto del Partido Sinaloense como de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

A partir de la fecha de ambos acontecimientos y hasta hoy, han transcurrido ya doce días, sin que conozcamos nuevos elementos sobre el particular. Solo las mismas teorías de las que nos informaron en un principio, en medio de la avidez de la sociedad que demanda la clarificación de los sucesos.

En el caso de Héctor Melesio Cuén Ojeda se mantiene la hipótesis del intento de robo del vehículo en el que viajaba a Culiacán la noche del jueves 25 de julio, acompañado por un amigo cercano a la familia. La versión de la Fiscalía General del Estado, basada en las declaraciones del testigo principal, establece que Cuén Ojeda recibió cuatro impactos de bala en sus piernas -de parte de uno de los asaltantes – al oponerse al despojo de la unidad.

Teóricamente no eran lesiones mortales; sin embargo, Cuén se desangró antes de recibir atención médica especializada. Transcurrió casi una hora en el traslado desde el punto de los hechos y hasta el hospital privado ya conocido.

Como es común en estos casos, los “hubieras” menudearon; pero el “hubiera” no existe en este mundo. Así pasó y así aconteció, de manera irremediable.

Cierto, la versión de la Procuraduría General del Estado no es totalmente aceptada y menos en los círculos donde Héctor Melesio Cuén contaba con miles de simpatizantes; pero es la que se conoce hasta el momento, en el entendido de que la recomendación del gobernador Rubén Rocha Moya ha sido concluyente: que no se descarte ninguna línea de investigación.

Nada nuevo hasta el momento, sin embargo.

Lo de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López corre por otro camino, aunque no han faltado especulaciones que han intentado mezclar ambos hechos, aparentemente muy distantes entre sí.

El “Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López fueron detenidos por la DEA, la tarde del jueves 25 pasado, en un aeropuerto doméstico cercano a la ciudad de El Paso, Texas, a donde fueron transportados en un avión de Liga Mayor, desde algún punto del territorio nacional.

Y he aquí la parte más álgida del tema.

¿De que parte de México despegó dicho avión, sin que fuera detectado por las autoridades mexicanas? ¿Fue una especie de secuestro lo del “Mayo” o realmente lo entregó el “Chapito” Guzmán a las autoridades del vecino país del Norte?

Y si del primer caso (el de Cuén) tenemos una hipótesis cuando menos, de este segundo tema no se sabe absolutamente nada.

Y nada es nada.

Vamos, no sabe nada ni tan siquiera el presidente Andrés Manuel López Obrador, el hombre que en más de una ocasión ha manifestado en sus conferencias mañaneras, que el presidente es el hombre mejor informado de México y peor aún: que en este país no se mueve la hoja de un árbol, sin la autorización presidencial.

Así las cosas en este negro julio recientemente concluido. Asueto vacacional del verano de 2024.

Pendientes.

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En tanto.

Arrancó ya un nuevo mes; retornaron a sus actividades funcionarios y empleados de los tres niveles de gobierno y es momento de remitirnos, de nuevo, al “cambiadero” que hará el gobernador Rubén Rocha Moya, ahora que nos encontramos en plena cuenta regresiva, en áreas estratégicas de la estructura estatal.

Es el caso, por ejemplo, del Secretario General de Gobierno, Enrique Inzunza.

Y también, por lo pronto, de la Secretaria de Educación Pública del Estado, Graciela Domínguez Nava.

Obligadamente, tanto Enrique Inzunza como Graciela Domínguez rendirán protesta el primero de septiembre venidero. Inzunza, como senador de la República; Graciela, como diputada federal.

En apariencia esto generaría la primera oleada del “cambiadero” al interior del andamiaje gubernamental; pero no necesariamente tendría que ser así. Enrique Inzunza y Graciela Domínguez podrían dejar a sus respectivos suplentes en el cargo y retomar funciones en el Estado.

Y esto no es, ni por asomo, especulación alguna. Lo ha planteado el mismo gobernador Rocha, en cuando menos en un par de ocasiones, a través de sus conferencias semaneras habituales.

La segunda ola de cambios vendrá en el curso de septiembre.

María Teresa Guerra Ochoa dejará la Secretaría de la Mujer, para entrar en funciones como diputada local, muy posiblemente como presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, por los tres años de la legislatura 65.

Y Blanca Estrella Palacios, a su vez, dimitirá a la Secretaría de Turismo del Estado, para asumir la presidencia municipal de Mazatlán.

En el caso de Tere Guerra, su tesitura es la misma que la de los otros funcionarios estatales arriba señalados. Puede ser diputada o mantenerse como funcionaria gubernamental de primer nivel, según lo decida Rubén Rocha.

Lo de Estrella Palacios, en cambio, no tiene vuelta. Va porque va a la alcaldía porteña.

De un modo u otro, habrá un “cambiadero”. Eso es inevitable.

A los posibles movimientos ya señalados, añádale usted a los diputados locales que concluirán su periodo el 30 de septiembre y que están en espera del llamado del gobernador Rocha para integrarse a su equipo de trabajo. Y es el mismo caso, exactamente, de los alcaldes que terminan su mandato el 31 de octubre y que buscarán seguir por la senda del oficialismo a partir del primero de noviembre.

-No todos; pero si algunos de ellos -, lo aclaró, en su momento, el mismo gobernador.

Y agregue otro factor para el “cambiadero”:

La renuncia de Enrique Díaz a la secretaría de Administración y Finanzas del gobierno del Estado -sin explicaciones mayores- la que se hará efectiva, a partir del primero de octubre, primer día del sexenio presidencial de la doctora Claudia Sheinbaum.

Más lo que se acumule durante los próximos días.

Ya le informaremos.

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A manera de colofón.

El retorno al ritmo de trabajo habitual, incluye, por supuesto, la aparición de Agenda Política de tres a cuatro veces por semana, en nuestro sitio de internet www.jorgeluistelles.com, así como en diferentes portales amigos que nos distinguen con su publicación. En el paquete va Palco Premier, columna especializada en beisbol profesional.

También, por supuesto, la participación en la mesa de análisis del programa noticioso Alta Voz, que conduce el periodista Pablo Cesar Espinoza, para la 104. 9 de FM en Culiacán y las estaciones del grupo Chávez en el resto de la entidad. Esto es: de lunes a viernes, de 8: 30 a 9: 00 horas, con el concurso de Altagracia González, Francisco Chiquete y quien esto escribe.

Y desde luego, nuestra colaboración en la mesa de análisis del noticiero de Eva Guerrero, en la 97.7 de FM, todos los martes, de 16: 30 a 17: 00 horas.

Todo ello con gusto y el mejor de los ánimos.

Y hasta aquí. Nos vamos ya. Cuídense mucho y Dios los bendiga. Ahora y siempre.

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