columna jorge luis telles circular= La duda es ¿Cómo y quién en el ejercicio?

 

= En análisis 36 iniciativas en la cámara

 

= Por consumarse la infamia en el PRI

 

= Paloma ¿a la altura de Francisco Labastida?

 

De entre las 36 iniciativas que actualmente analiza la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología del Congreso del Estado surgirá, a su vez, la iniciativa de nueva Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, la cual será sometida, en su momento, a la consideración del pleno de los 40 diputados locales en funciones; sin embargo ésta no podrá ser votada en tanto no se cumplan con dos condiciones plasmadas en la Ley de Educación Superior de Sinaloa. Ineludibles las dos.

Una de ellas: la consulta al interior de la comunidad universitaria.

La otra: el posicionamiento del Consejo Universitario de la UAS sobre el particular.

Una cosa lleva a la otra, por supuesto.

Y es que, en efecto, desde el viernes próximo pasado, al concluir las lecturas a las 36 iniciativas, esta comisión -que preside Adolfo Beltrán Corrales y de la que también forman parte: Mónica Armenta Elenes, Sergio Mario Arredondo y Gloria Imelda Félix Niebla – se declaró en sesión permanente a fin de observar al detalle el contenido de las mismas y con base en ese trabajo elaborar la ley que teóricamente debería ser la definitiva.

Hasta hoy no existen noticias de que dicho documento esté debidamente concluido, aunque si trascendió ya la información en el sentido de que la consulta al interior de la universidad está planeada para iniciar el 15 de agosto -una vez iniciado el ciclo académico 2024-2025- con fecha de conclusión para el primero de octubre. Lo que no queda claro es quien llevará a cabo la citada consulta: ¿el Congreso? ¿Los universitarios? o ¿el Congreso y los universitarios en total armonía y sincronización de esfuerzos?

He ahí, precisamente, el quid del asunto.

Conveniente recordar que, por allá el viernes 28 del mes próximo pasado, el Congreso del Estado retiró el recurso de revisión contra el amparo interpuesto por la UAS en contra de la aplicación de 5 artículos de la Ley de Educación Superior de Sinaloa, por considerarlos abiertamente violatorios a la autonomía universitaria.

Y con esto, teóricamente se abrieron todos los caminos que conducen a una nueva ley orgánica, tanto por parte del Poder Legislativo en Sinaloa como por la propia Universidad Autónoma de Sinaloa.

Por eso fue que el congreso procedió de inmediato a la liberación de las iniciativas en su poder -algunas de ellas autoría, incluso, de grupos universitarios -; pero sin que se recibiera ninguna de la Universidad Autónoma de Sinaloa, como aparentemente tendría que haber sucedido, una vez efectivamente amparados contra la aplicación de los artículos supuestamente violatorios de su autonomía.

A estas alturas del conflicto, solo el Congreso del Estado ha llevado a cabo su trabajo, en cuanto a la elaboración de la nueva ley orgánica de la UAS; sin embargo, insistimos: sin consulta a la comunidad universitaria, sin pronunciamiento del Consejo Universitario, no se alcanzará el objetivo trazado.

Ya está la nota, que es la única novedad, por ahora: que el 15 de agosto inicia el plebiscito al interior de la máxima casa de estudios superiores de la entidad, sin detalles mayores y con la pregunta en el aire:

¿Quién pues hará la consulta al seno de la UAS?

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Por otro lado.

La noche de este miércoles, en la ciudad de México, el Partido Revolucionario Institucional celebrará consejo político para definir el método de selección de nuevo presidente y secretario general (o secretaria) de su Comité Ejecutivo Nacional.

Ese nuevo CEN estará en funciones durante cuatro años, al término de los cuales, presidente y secretario general (o secretaria) podrán reelegirse por cuatro años más.

Un detalle:

A diferencia del universo de las leyes, esta disposición si tiene carácter retroactivo. O sea: incluye al presidente actual Alejandro Moreno, así como a su secretaria general, Carolina Viggiano Austria, esposa, para más detalles, de otro impresentable en el PRI, como lo es Rubén Moreira Valdez.

¿Por qué la reelección?

Para que, después de un periodo de cinco años (incluido uno adicional), Alito Moreno presida el PRI por cuatro años más. ¿Y para qué, otra reelección? Para que Alito se siga de frente y llegue al 2030 en condiciones de aspirar a la presidencia de la República, por la ruina que para entonces quedará de este partido.

Un saco a la medida, ni más ni menos.

Y es que si reelección, como lo dijo Alito, es sinónimo de democracia, su conducta si es la más propia para un verdadero liderazgo, no fregaderas.

En fin.

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Por cierto.

Paloma Sánchez, una de las principales beneficiadas con el cacicazgo impuesto por Alejandro Moreno -diputada federal y senadora de la República por la vía plurinominal, por encima de miles de políticos sinaloenses con méritos infinitamente superiores – debería conectar lengua con cerebro antes de arremeter contra una figura política como es el licenciado Francisco Labastida Ochoa, calificado como uno de los mejores gobernadores que ha tenido nuestra entidad.

En el afán de defender a su líder y protector, la señora Paloma Sánchez, que ya se visualiza como la candidata a la gubernatura de Sinaloa, califica a Labastida Ochoa como “una de esas figuras del pasado con las que ahora los jóvenes priistas tienen que cargar por sus errores por lo mal que lo hicieron, por sus actos de corrupción y por su lejanía con la militancia”.

Si, Labastida Ochoa perdió la presidencia de la República ante Vicente Fox Quezada en el año 2 000, víctima de una situación política insostenible y con los ojos de la comunidad internacional puestos en nuestro país; pero eso no demerita en lo más mínimo ni la trayectoria, ni los logros de alguien que solo ejerce el derecho a la libre expresión para expresar sus consideraciones y lamentar la inevitable desaparición del PRI, en un tiempo más corto del que predicen hasta los más optimistas.

Paloma Sánchez ignora, seguramente, el lugar que Francisco Labastida tiene en Sinaloa, lo cual se entiende cabalmente por su permanente lejanía de nuestra entidad.

Por eso están como están y por eso andan como andan.

En fin.

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