Agenda Política

2022, otro año político en México: 6 gubernaturas en juego, en junio; MoReNa va por todas las canicas

columna jorge= Adelante en las encuestas, excepto Aguas Calientes

 

= De esas 6, 4 son del PAN y 2 del partido tricolor

 

= Posible sorpresa en Durango y Estado de Hidalgo

 

= De nueva cuenta, lluvia de balas sobre la ciudad

 

= Hoy, posiblemente, restricciones por Covid-19

 

Si bien, la dinámica política no será tan intensa en el país a lo largo del presente año -con respecto al pasado-, el 2022 no nos dejará exentos de la adrenalina que crea esta actividad y de la que difícilmente puede librarse la sociedad en general.

En este 2022, para ser más concretos, se llevarán a cabo elecciones en seis estados de la República, para la renovación de sus respectivas gubernaturas. El 5 de junio, para mayor precisión.

A saber:

Aguas Calientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas.

Además, en el vecino Durango -la entidad que gobierna el cuasi-sinaloense José Rosas Aispuro – también habrá comicios para 39 nuevas presidencias municipales y 327 regidurías y en Quintana Roo, para 25 diputaciones; 15 de mayoría relativa y 10 por el principio de la representación proporcional.

Y ya entrados en gastos, permítasenos comentarle que para 2023 tendrán lugar dos elecciones gubernamentales más, de alto significado político nacional: Coahuila y Estado de México.

Y bueno, pues el 2024, la gran elección presidencial.

Fácil de observar, entonces, que la actividad del 2022 no será cosa menor. Seis Estados, seis gubernaturas: dos de ellas bajo control del PRI; las otras cuatro, por parte de Acción Nacional. Las del PRI: Alejandro Murat Hinojosa, de Oaxaca y Omar Fayat, de Hidalgo. Las del PAN: José Rosas Aispuro, de Durango; Carlos Manuel Joaquín González, de Quintana Roo (ex priistas los dos); Francisco Javier García de Baca, de Tamaulipas y Martín Orozco Sandoval, de Aguas Calientes.

Ninguna en manos de MoReNa, por una simple y sencilla razón: los seis llegaron al poder en 2016, cuando este partido se presentaba como una lejana opción para el 2018, con todo y el arrastre que ya traía consigo Andrés Manuel López Obrador; sin embargo, ahora, seis años después, las cosas podrían resultar diametralmente diferentes.

En efecto, las encuestas sobre intención de voto, conocidas hasta ahora, ubican a MoReNa al frente de las preferencias electorales en cinco de las seis entidades en disputa. La excepción es Aguas Calientes, sólido bastión de Acción Nacional.

Obviamente que de aquí a la fecha de las elecciones podría cambiar la ecuación en esas seis entidades; pero de lo que no hay duda es que MoReNa se quedará por lo menos con la mitad de las posiciones en disputa, si mal le va. Quizás el “Güerito Rosas” salve su causa en Durango y en una de esas Omar Fayat revierte la tendencia en Hidalgo, durante su último año de gobierno.

Lo cierto es que Andrés Manuel López Obrador, ya en el cuarto año de su presidencia, conserva la fortaleza suficiente como para mantener a MoReNa como la fuerza política hegemónica del país, ya con un objetivo claro y definido: ganar la presidencia, de nuevo, en el 2024.

Así es como se presenta el nuevo año en materia política a nivel nacional. Tranquilidad en el resto del país, incluido Sinaloa.

Aunque no se crea usted, no tanto. Ya quienes aspiran a la candidatura al Senado de la República para el 2024, comienzan a acelerar el paso, convencidos de lo rápido que se va el tiempo y tienen razón. Las miradas, desde luego, están puestas en Héctor Melesio Cuen Ojeda, Gerardo Vargas Landeros, Graciela Domínguez, Jesús Estrada Ferreiro y el Químico Benítez, entre otros.

¿Por el PRI y por el PAN? Ni idea; pero ya se asomarán los aspirantes en cualquier momento.

Pendientes pues.

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Por otro lado.

La noche del 31 de diciembre próximo pasado fue, en esta ciudad, como todas las demás. De muchos años a la fecha.

Culiacán recibió el nuevo año con una lluvia de balas que por instantes evolucionó a niveles infernales, a pesar del mal clima imperante durante el día, aunque para las 12 de la noche la lluvia ya había menguado de manera considerable.

De muy poco sirvieron los llamados recurrentes del gobernador Rubén Rocha a la ciudadanía en su conjunto, ni tampoco la campaña de sensibilización que se efectuó a lo largo de la última semana, a través de las redes sociales, las plataformas del gobierno del Estado y medios de comunicación en general.

Las armas de alto poder salieron a relucir en la obscuridad de la noche, para disparar en forma criminal e irresponsable hacia el espacio, a pesar de que se tiene la certeza de que esas balas van a caer necesariamente en algún punto de la ciudad y que pueden lesionar gravemente a una persona inocente -niños incluidos – y privarlos de la vida, inclusive. Los archivos policiacos están llenos de casos de esta naturaleza.

De todo esto, el actual gobernador, Rubén Rocha Moya, no tiene culpa alguna, ni tampoco Quirino Ordaz Coppel, ni Mario López Valdez, ni ninguno de sus antecesores. En su momento, todos hicieron su mejor esfuerzo. Lamentablemente sin éxito alguno.

Se trata de una lamentable conducta fuertemente arraigada entre tales y cuales sectores de la sociedad de Culiacán, vigente de muchísimos años atrás. El columnista lo recuerda claramente desde su niñez y viene todavía de tiempo atrás. Esta es una de las causas -tome nota – que impiden drásticamente la realización de eventos propios del fin de año en esta ciudad, como lo podrían ser, por ejemplo, conciertos alusivos o concentraciones en espacios abiertos, con espectáculo de fuegos pirotécnicos, como si se da en otras ciudades del país, en las que ya se incluye a Mazatlán, por ejemplo.

Tampoco es, como muchos tratan de interpretarlo, una bienvenida al nuevo gobernador ni cosas por el estilo. Ya es normal esta clase de actitudes en Culiacán y no pocos le conceden, incluso, hasta un atractivo propio de fin de año. Y no hay que responsabilizar exclusivamente al Crimen Organizado -lease narcotraficantes y delincuentes – de esta situación. Respetables ciudadanos, de honorables familias, también gustan de echar bala en fin de año. Así de simple.

Y bueno, aquí lo advertimos, con el férreo deseo de equivocarnos: que poco caso le harían al gobernador Rubén Rocha Moya, como sucedió, en efecto.

Suyos los comentarios, amigo lector.

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A manera de colofón.

Primer día hábil de 2022 y primera “semanera” del gobernador Rubén Rocha para el año en curso.

Arranque del 2022 en medio de la preocupación de los tres niveles de gobierno y de crecientes niveles de alarma entre la sociedad en general, ante el nuevo repunte en los casos de Covid-19, alentado -según dicen – por la variante Omicron, evidentemente con mayor capacidad de contagio; pero de menor letalidad, como se refleja en la ocupación hospitalaria, que todavía registra niveles bajos de ingreso en clínicas del Estado.

Seguramente este será el tema central por parte del titular del Poder Ejecutivo Estatal, quien podría anunciar, este lunes 03 de enero, algunas disposiciones restrictivas contra el avance de la pandemia y el cuidado de la población en general. Es más: lo hará. Sin duda.

A juicio del columnista, un verdadero error esperar el posicionamiento oficial para comenzar a adoptar medidas al respecto. La cuarta ola por Covid-19 es ya un hecho innegable y una calca al carbón de lo acontecido en ocasiones anteriores, cuando sucede aquí lo mismo que en Europa, quizás un mes después o menos. ¿Por qué no habría de pasar aquí un episodio similar al que se vive ya en el resto del mundo?

De nueva cuenta, Estados Unidos sufre el embate de la pandemia, con un desproporcionado número de casos, lo mismo que en Rusia, en Italia, Alemania, Francia y España. Más de cien mil por día. Así de cabrona está la cosa.

Y en México ya se aceleró el contador. De casos y de muertes.

Bajo estas circunstancias, resulta lógico y natural esperar el pronunciamiento del gobernador Rubén Rocha Moya en tal sentido; pero la inquietud es la misma: ¿por qué esperar el anuncio oficial cuando ya todos tenemos muy claro lo que debemos hacer? Y otra cosa: no confiar tanto en las vacunas. La nueva ola podría arrasar con personas con esquema completo, refuerzo incluido.

Cuidémonos pues, que nadie lo hará por nosotros. Es nuestra responsabilidad. Protegernos, proteger a nuestras familias y protegernos entre todos. No hay de otra.

Y hasta aquí.