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Desde mediados del siglo pasado el uso del plástico se ha extendido cada vez más en distintos ámbitos de consumo humano. Y en la última década, a raíz de los millones de toneladas de este material que se acumulan tanto en tierra como en los mares, consumidores, instituciones y empresas comenzaron a tomar medidas para reducir su uso, convirtiéndose esta acción en la principal batalla medioambiental junto a la del cambio climático.

 

Pero la pregunta que nos hacemos hoy es: ¿podemos vivir sin plástico? La respuesta en el corto plazo es 'no'. Este material lo podemos hallar por todas partes: desde piezas para autos y otros vehículos, hasta juguetes, muebles de oficina, computadoras, insumos médicos, envoltorios de alimentos y más. Lo que sí se puede hacer es evitar su utilización innecesaria y reducir al máximo la acción de usar y descartar.

  

Son materiales que en muchas ocasiones tienen una vida muy corta, que tardan cientos de años en degradarse y que, al no ser reciclados, muchos acaban contaminando los océanos.

 

Se calcula que cada año acaban en los mares ocho millones de toneladas de plástico de todo el que se produce: el año pasado fueron 335 millones de toneladas.

 

Es tan alarmante el descarte del plástico, que actualmente hay cinco grandes islas hechas de basura, principalmente de plásticos. Dos se encuentran en el Pacífico, otras dos en el Atlántico y una en el Índico, según precisa Greenpeace. Se calcula que el 90% de las aves marinas tiene fragmentos de plástico en el estómago.

 

La organización ecologista alerta de que al ritmo actual la producción de plástico se cuadruplicará para 2050. China es el principal fabricante, seguido de Europa, Norteamérica y Asia. Y solo el 9% de estos residuos acaban siendo reciclados.

 

Los ciudadanos son cada vez más conscientes de este grave problema. Y empresas y gobiernos han comenzado a aplicar algunas prohibiciones relacionadas con su uso.

 

 

FUENTE: infobae.com