columna ivan Treviño

 

La nueva realidad en el país con la llegada de MORENA al poder, la ciudadanía exige un buen gobierno basado en los principios de eficiencia y transparencia, generando con ello un antídoto a la corrupción.

 

Los nuevos modelos de la administración pública requieren conformar la gobernanza, bajo principios de la participación social o ciudadana en el proceso de las decisiones, sea esta en forma directa o por vía de las organizaciones sociales, que vienen dándole vida a las sociedades civiles, hoy desconocidas por el Presidente de la Republica y muchas de ellas le dieron su apoyo

 

De legalidad de los actos administrativos, debe de ser imparcial, buscando proteger los derechos fundamentales de los gobernados, en especial de los grupos más vulnerables.

 

De transparencia, misma que debe de concebirse, como gobernar con paredes de cristal, donde cualquier persona pueda acceder a los actos de gobierno sin restricción alguna, ser un real gobierno abierto, sin temor al escrutinio de la sociedad.

 

Un gobierno eficiente requiere que los servidores públicos funcionen con responsabilidad, regidos bajo un código de ética, donde los principales principios sean la honestidad, legalidad y la lealtad hacia la institución pública.

 

La utilización de los recursos públicos debe de ser con eficacia y pulcra honradez, buscando ser un gobierno que cueste menos, haciendo a un lado los dispendios y practicas excesivas del gasto público sin planificar, un gobierno basado programas medidos por resultado, costo beneficio.

 

La profesionalización o servicio civil de carrera al interior de la administración municipal, atraen y motivan a las mejores mujeres y mejores hombres para prestar un servicio público de calidad, reduciendo costos derivados de la improvisación.

 

En consecuencia, gobernar bajos los elementos de Eficiencia y Transparencia, requiere que el gobernante tenga la voluntad política de llevar acabo la aplicación irrestricta del estado de derecho.

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