El gobernador Quirino Ordaz, según la última medición de Mitosfky de nuevo recuperó la cima o el primer lugar de los gobernadores mejor evaluados del país. Casi araña el 70 por ciento de aprobación.
¿Cuál es la razón para estar tan bien evaluado? Los resultados. Así de sencillo.
Si se hace un contraste con la última evaluación del Presidente López Obrador, el presidente sigue en la media tabla, muy lejos del 84 por ciento de aprobación que tuvo al inicio de su gobierno. ¿Cuál es la razón para explicar la caída del Presidente? La falta de resultados. Así de sencillo.
Sin embargo, en los próximos días, ambos tendrán un tema en común,-cada quien en su ámbito- que dependiendo del manejo y resultado final, dependerá en mucho, el movimiento futuro de sus actuales evaluaciones.
Ese tema es el del combate a la corrupción. El gobernador de Sinaloa trae buen colchón de aprobación gubernamental para soportar un mal manejo que le quite puntos, o bien, tendrá una coyuntura para dispararse aún más, en caso de un resultado bien visto por la gente.
Lo mismo sucede con el Presidente López Obrador. Otro mal manejo como el que se le dio al caso Lozoya, puede significarle más pérdida de aprobación, pero un buen manejo ante los ojos de la gente, le puede permitir recuperar parte de los puntos que hasta ahorita ha perdido.
El tema o la bandera del combate a la corrupción, de nuevo está presente en la agenda nacional y en la agenda estatal.
La politización de la justicia y la justicia politizada, de nuevo saltará a escena.
Veamos por qué.
1.-Con la reanudación de las labores en los juzgados, de nuevo se reanudarán los casos que quedaron pendientes de resolver, entre ellos, el de los ex funcionarios de la Secretaría de Administración y Finanzas de la era Malovista. En pocas palabras, Armando Villarreal y compañía de nuevo regresan a los juzgados a definir su suerte jurídica.
2.-La realización de la audiencia intermedia ante un juez de control penal está prevista para el próximo jueves. Ese día, se podría determinar si los acuerdos entre las partes, en este caso la ofendida que es Gobierno del Estado y los imputados, se aceptan ahora sí por el juez, -el primer acuerdo lo negó como válido- o bien, de no cerrarse el proceso, iniciar la etapa del juicio oral.
3.-Desde luego, el regreso a escena de uno de los casos más polémicos de demandas por supuestos delitos de corrupción cometidos por ex funcionarios Malovistas, de nuevo puede escenificar un nuevo escándalo mediático y de nuevo puede revivir la pugna entre el Poder Judicial y Poder Ejecutivo, con la Fiscalía de Justicia en medio de ambos.
Veremos que sucede el jueves.
4.-Pero si el destino de los casos de combate a la corrupción en Sinaloa pueden marcar un antes y un después para el Gobierno Local, a nivel nacional, el presidente López Obrador intenta retomar la bandera que le permitió llegar a la presidencia y que el mal manejo dado al caso Lozoya le significó un duro revés en lugar de legitimarlo en los hechos tal como los buscaba. Para ambos gobernantes, la palabra resultados será la palabra clave.
5.-Y es que al presidente López Obrador, a diferencia de Quirino Ordaz, le urge dar resultados. Eso sí, ambos pudieran jugar a la política de diferente manera con los casos de corrupción. La circunstancia de ambos es diferente.
6.-En el caso del presidente López Obrador, la falta de resultados en varios rubros –economía, salud, seguridad, combate a corrupción etc- se ha convertido en su principal vulnerabilidad y en su principal razón para estar preocupado ante el inminente riesgo de perder la mayoría legislativa el próximo año. Es condición indispensable ganar la mayoría para la sobrevivencia de su proyecto político y de su misma presidencia.
7.-Tan preocupado anda el presidente, que una vez más, se vio obligado a politizar la justicia haciendo uso del instrumento que le permite judicializar la política.
El caso Lozoya lejos de convertirse en un “marrazo” político para la oposición, amenaza con revertírsele. Y es que Lozoya de ser presentado ante los ojos de los mexicanos como la joya de la corona del combate a la corrupción, terminó convertido en la joya de la corona de la impunidad y las complicidades del mismo presidente con quienes lo pusieron en la presidencia.
8.-Ante tan aberrante error, el presidente ocupa replantear su bandera de combate a la corrupción para mantenerla vigente como estandarte político en el 2021. ¿Y en el caso Sinaloa? Aquí la circunstancia es diferente, pero no por eso se avalaría no aplicar la ley.
Los acuerdos entre las partes están contemplados dentro de la ley. ¿Seguirán por esa ruta ofendidos e imputados? ¿De seguir con nuevos acuerdos, ahora sí los aceptará el Poder Judicial o se decretará acto de apertura a juicio oral?. El tema dará de que hablar.
9.-Pero a nivel federal, el nuevo rumbo que ha tomado el combate a la corrupción con un nuevo caso planteado después del fiasco que resultó el caso Lozoya, de seguro también dará mucho de qué hablar. ¿Qué van por 19 ex funcionarios de la extinta Policía Judicial Federal que prestaron sus servicios en la época de Enrique Peña a quienes se les acusa de desviar 2 mil 500 millones de pesos?.
10.-¿Pero saben qué? Todos son “charalitos”, ninguno es pez gordo.
¿Acaso, entonces la corrupción la cometen los de abajo y los de arriba son unos santos ingenuos a quienes les picaron los ojos?
¿Habrá un solo mexicano que así lo crea?. Se Antoja difícil.
Pero además, hay que hacerse una pregunta obligada. ¿Le alcanzará al presidente meter “charalitos” a la cárcel aunque sea de a montón, para mantener vigente su bandera de combate a la corrupción cuando él generó expectativas de que iría hasta por el ex presidente Peña?.
11.-La verdad, verdad, otra vez, se antoja que no. López Obrador ocupa dar resultados, pero resultados importantes que muestren que su gobierno efectivamente va por un cambio verdadero como rezaba su slogan de campaña.
Simular y hacer lo que hicieron sus antecesores, como fue meter a la cárcel solo a sus enemigos políticos o ir por la chiquillada de los políticos corruptos, o por charalitos, no significará gran cambio. Eso, todos sus antecesores lo hicieron con una gran diferencia. Ninguno enarboló la campaña del combate a la corrupción, ni prometió barrer las escaleras desde lo más alto hasta abajo.
Así, con estos casos de combate a la corrupción, que de nuevo se ponen en la vitrina pública, tanto el Gobierno Local, como el Gobierno Federal se enfrentarán al escrutinio de sus gobernados.
El caso Villarreal en Sinaloa, de nuevo está de regreso.
Habrá que estar pendientes
PASO A PASITO.-Dato para leer. De los cinco mejores gobernadores o los mejores evaluados, uno es del PRI. Quirino Ordaz en primer lugar.
Otro es de Morena, Claudia Sheiumban, en el cuarto lugar. Pero los otros tres son del PAN. Segundo, tercero y quinto lugar.
Ahora al revés. De los cinco gobernadores peor evaluados, dos son del PRI y tres son de Morena.
A leer esos datos.
OTRO PASITO.-El presidente López Obrador ya definió que ex presidente es su enemigo y contra el endereza su artillería. Es evidente que con Peña respetará su acuerdo que le permitió llegar al poder, pero esa cobija no incluye a Felipe Calderón.
Calderón ya le respondió y le dijo que pretende asustarlo, pero que la hará los mandados. Ufff.
UN PASITO MAS.- El Senador Rubén Rocha va por la Tercera y la vencida. Intenta repetir la hazaña de su jefe político Andrés Manuel quien en su tercer intento logró su cometido de conquistar la presidencia de la república.
Rocha va por su tercer intento de convertirse en Gobernador de Sinaloa y nunca tuvo tantas posibilidades como las tiene hoy.
Eso sí, solo falta por ver si el candidato de Morena a la gubernatura de Sinaloa será hombre o será mujer. Si a nivel central se decide postular una mujer, la tercera llamada no llegará, pero si es hombre, es al día de hoy el más perfilado.
Ya veremos dijo el ciego.