columna oscarAunque la gente no se meta, las cosas se meten con la gente.

Jorge Amado

No sé si esta semana pasada contribuye a definir la política pública sobre la vivienda, pero ha sido ingrata y cansada. Los Sin Casa de Guasave en su asamblea del domingo 28 de mayo acordaron hacer plantón en el Palacio Municipal el día martes 30 porque no había continuidad de la Mesa de Diálogo local y en la secretaría del ayuntamiento les dijeron desconocer los avances logrados anteriormente. Solicitaron audiencia con el presidente, pero sólo los escucharon. No tenían respuesta. El martes se plantaron desde las 9 am, pero el presidente Martín Ahumada andaba en gestiones por Culiacán.

El plantón de los Sin Casa se prolongó hasta entrada la noche, el presidente regresó a las 8:20 pm y la reunión con él se prolongó al menos hasta las 9:15 pm. Mi balance concluye señalando que la reunión fue positiva aunque no vaya más allá de que se buscarán reservas territoriales susceptibles de compra y solicitar las listas de solicitantes para realizar los estudios socioeconómicos. Los Sin Casa esperaban que el doctor Ahumada hablara de compromisos de adquirir reservas territoriales, pero quizá las condiciones exigen discreción frente a los especuladores de terrenos. Merecía terminar mejor aquella jornada.

El miércoles 31 amanecimos con la noticia del desalojo de una parte de la invasión Valle del Agua. La Coordinadora Estatal por el Derecho Humano a la Vivienda, tenía reunión a las nueve media de la mañana. No tocó la orden del día prevista, le pareció más prudente ir a Palacio de Gobierno y gestionar que detuvieran el desalojo. Se tocó la puerta del secretario general de gobierno, pero él nos remitió con el subsecretario, que sólo dio largas a la petición alegó que era una resolución de juez federal y que no podían hacer nada. Hubo un momento en que nos presentamos ante la oficina del gobernador. Se encontraba enfermo nos dijeron.

Días atrás el gobernador Rocha Moya empeñó su palabra ante los Sin Casa de que se buscaría regularizar los terrenos ocupados por precaristas, que no habría desalojos y que no permitiría la privación de la libertad de luchadores sociales. Ese día miércoles la palabra del gobernador quedó tan huérfana como las esperanzas de los desalojados de tener un techo propio que ofrecerle a sus familias.

Otro elemento que no puede dejarse de lado es la violencia que se ejerció contra las familias desalojadas. Los testimonios sobre el injustificable comportamiento de la policía rebosan cualquier imaginación. Allí están decenas de videos y de personas maltratadas, que no sólo hablan, gritan la vergonzante violación a los derechos humanos de parte de los agentes que debieran observar que el orden no se alterara. Pero no se le puede pedir peras al olmo, parece que el orden son los intereses y deseos de los dueños del dinero, de los especuladores de terrenos. La policía contra los pobres, como si fuera una maldición mexicana.

¿Serán castigados los policías agresores? No si dejamos el asunto en manos de la autoridad. Si la palabra del gobernador no es escuchada por los mandos policiacos y por su gabinete, no podemos esperar nada más en esta materia. Pero tampoco los ofendidos y el movimiento deben quedarse con los brazos cruzados o con una actitud de franca resignación, porque eso es derrotismo. Las víctimas del atropello deben presentar queja en las comisiones de derechos humanos y darle el debido seguimiento, porque dejar en la impunidad los hechos es abonar a que las agresiones se vuelvan el pan de cada día para los pobres y los que luchan por una vida mejor.

En las negociaciones del día viernes hubo acuerdos en los que el gobierno se compromete a buscar y encontrar de inmediato terrenos para reubicar a los colonos desalojados. Debe cuidarse el cumplimiento de los compromisos y mantener la unidad del grupo, porque después de conseguir ese lote, tendrán que gestionar financiamiento para la construcción de viviendas para sus familias. Será una lucha larga y eso reclama carácter y mucha voluntad. Tener una meta reclama un compromiso ineludible: no dejar de luchar hasta conseguirlo.

¿Hay lecciones que aprender de esta semana? Sí. Si la autoridad compromete su palabra, creamos en ella, pero sin confiar a ciegas en su cumplimiento. El movimiento debe mantener su ritmo y no descuidar que se cumplan los logros que le han costado tanto trabajo. Entre las cosas que deben estimular a los Sin Casa es que somos un movimiento estatal, que hay decenas de miles de sinaloenses con necesidad de vivienda y que representan una esperanza para centenares de miles que también pertenecen al universo de los Sin Casa. Estamos en la frontera de algunos cambios fundamentales en Sinaloa. Seamos parte activa de ellos. Vale.

www.oscarloza.com

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Twitter @Oscar_Loza