columna oscar

No somos los mismos cuando, aquejada,

la naturaleza obliga al espíritu a sufrir con el cuerpo.

William Shakespeare

 

―El problema es que el tiempo es un padrastro amargado y no facilita el juego. ―Dijo Francisco Louҫa, en referencia al debate en el parlamento portugués sobre las prioridades que debe atender el presupuesto del año 2021. Empleo, salud, educación y vivienda, tienen que ser atendidos sin demora. Louҫa va más allá previendo todo lo que viene: ―Si el gobierno o los partidos no se dan cuenta de que el Covid es un mundo nuevo, es mejor que miren las urgencias de los hospitales y comprendan dónde no tienen derecho a fallar. Creo que eso es válido también para México.

 

Llegamos al punto final de 2020 sin haber hecho cuentas definitivas de los dolores y angustias que nos hizo pasar, en los que perdimos familiares muy cercanos, amigos entrañables, vecinos apreciados y un sin número de compatriotas, mujeres y hombres, tan caros a nuestro país y que con ellos se ha ido una parte de nuestro corazón. Muchas personas se plantearon el dónde estamos ubicados (frente a la pandemia), buscando marcar un derrotero hacia el cual marchar. No les faltaba razón, aunque no tuvieran a mano la suficiente información para la toma de decisiones más correcta. Hemos tenido que aprender sobre la marcha pues, aunque esperada una epidemia por no pocos especialistas y estudiosos, se desconocía el santo y seña del virus que se aproximaba a buen trote contra la humanidad.

 

Y, reconozcámoslo, seguimos desconociendo cuerpo y alma del bicho que arribó hace poco más de un año. Sólo le conocemos la facha y alguna o dos tretas. En todas las latitudes del mundo hemos ido por él y se nos ha vuelto ojo de hormiga. Con la mejor experiencia científica y el más adelantado arsenal de armas médicas lo han localizado y al presentarle batalla en múltiples frentes se le ganan algunas escaramuzas, pero la guerra, al parecer está lejos de terminar. Mientras alrededor de unos 200 grupos de investigadores en el mundo trabajan buscando remedios, se avanza ya con una media docena de vacunas. Pero el Covid-19 es matrero: en el sur de Inglaterra resultó con una variante, al parecer no más fatal pero sí más contagiosa que el original. Italia, Sudáfrica y Canadá, ya dieron cuenta de la indeseable visita de esa variante.

 

El otoño y lo que va del invierno mexicano anuncian algunos movimientos expansivos del coronavirus, muy preocupantes, pues la Ciudad de México, el Estado de México y Baja California, vuelven a situaciones de alto riesgo en materia de la pandemia. Las cuentas en el país nos dicen que el 30 de diciembre fallecieron 1 mil 52 personas por coronavirus. Es un repunte como para no quedarse cruzado de brazos. El invierno se vuelve propicio para que vuelva por sus fueros el temido virus y las vacunas que empiezan a llegar, alimentan la esperanza de ponerle un valladar. Esperemos con ellas inclinar la balanza de la guerra a nuestro favor. Pero las palabras de Joe Biden, presidente electo de los EU, no dejan de llamar la atención y reflexionar en ellas: ―Con vacunas o sin ellas, los días más oscuros están por llegar.

 

En varias regiones del mundo han vuelto los confinamientos al iniciarse una segunda ola de contagios del Covid-19 y en nuestro país algunas ciudades han retomado esa medida sin que experimentemos una segunda ola, pues simplemente el coronavirus aplanó suavemente la curva de contagios sin recular hasta acercarse al punto de arranque. En los cinco continentes los gobernantes y las autoridades de salud, han hecho dramáticos llamados para que haya mucha prudencia en las fiestas de fin de año, pues dependiendo de nuestro comportamiento será el bajo o alto repunte de contagios. De por sí el clima fresco navega en favor del coronavirus, propiciando problemas respiratorios. Parece que este invierno será severo, pues hasta en Sinaloa han bajado las temperaturas. El reto es sobrevivir y en condiciones de calidad y la tarea es cuidarse mucho.

 

Tal como dice Louҫa, el gobierno y los partidos deben darse cuenta que el coronavirus es un mundo nuevo, porque ello plantea que el comportamiento y las políticas públicas se correspondan con ese nuevo mundo. El economista Arturo Huerta afirma que: ―Las políticas económicas no son neutras, obedecen a intereses de clase. Y no se queda en el terreno general, pues de manera contundente también señala: ―El gobierno debe retomar el control de la moneda para financiarse con ella, y no depender de los mercados financieros internacionales, para impulsar el desarrollo tecnológico y al sector energético.

 

Las cosas pueden complicarse en el 2021 si hay más repuntes de contagios y si estos obligan a nuevos confinamientos, porque serán un golpe al corazón de la economía. Hoy más que nunca la situación demanda de una autoridad de salud muy atenta a la evolución de la pandemia y de un Congreso de la Unión que no se pierda en una agenda legislativa general y sea muy sensible a dicha evolución, porque no sólo habrá necesidad de nuevos recursos para la atención de la salud de todos los connacionales, enfrentar al Covid-19 con éxito también implica la salud de las actividades económicas y con confinamiento mayor o menor hay decenas de millones de compatriotas que como los aprendices de toreros de Luis Spota, enfrentan la vida de mil maneras y en condiciones muy precarias, porque “más cornadas da el hambre”. Feliz año nuevo para todos y que en 2021 ganemos la guerra contra el coronavirus y reencontremos la senda del desarrollo con justicia social. Vale.

 

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