columna oscar

Llega un momento en que cualquier realidad se acaba.

Y entonces no hay más remedio que inventarla.

Mario Benedetti

 

Este jueves 10 de diciembre se conmemoró el LXXII Aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, debido a las medidas que hay que observar por la pandemia, no hicimos homenaje presencial a la fecha ni a nuestros héroes. Pero hemos recurrido al mundo virtual y en ese marco realizamos una Conferencia en la que participaron defensores de los derechos humanos y simpatizantes de esta noble causa. Comparto con ustedes mi participación en esa conferencia virtual.

 

Desde 1948, este año es quizá el más difícil en materia de derechos humanos. Aunque no hemos padecido en 2020 una guerra como la de Vietnam, la de la región de los Balcanes o las grandes olas migratorias desde África y Centroamérica, el cambio de conductas y condiciones a que nos ha obligado la pandemia de Covid-19, no afectan a una zona geográfica o a un Continente: nos involucran a las más de 7 mil 629 millones de personas del planeta. Ningún otro fenómeno o acontecimiento implicó a toda la población mundial.

 

El año 2000, el Pleno de la ONU aprobó el documento: los Compromisos del Milenio, con 8 objetivos muy claros: reducir a la mitad la pobreza extrema, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre mujer y hombre, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/Sida, la Malaria y otras enfermedades, garantizar la sustentabilidad del medio ambiente y fomentar la alianza mundial para el desarrollo. La voluntad manifestada por 192 países recibió un fuerte golpe con la crisis 2008-09 y ahora una segunda sacudida con las crisis gemelas de la pandemia y recesión económica, sin olvidar la marejada permanente que significa la creciente deuda pública.

 

Por consideraciones que hace la ONU y las instituciones financieras internacionales, sabemos que la lamentable cuota de pobres que está provocando la pandemia y la recesión puede llegar a los 500 millones en el mundo, 231 en América Latina y 12 millones en México. 73 países (los más pobres) pasan por una situación, no sólo económica, desesperante. Los compromisos del Milenio están dando un salto atrás, lamentablemente. Se consideraba que para este año la pobreza extrema disminuiría al 7.9 por ciento de la población mundial, ahora se espera que rebase el 9.2.

 

¿Cuáles deben ser las prioridades a trabajar en la pandemia, de acuerdo a los derechos humanos? Las autoridades deben cuidar que ninguna persona o familia pase hambre, que a nadie le falte la atención en salud, que los niños reciban educación, que se recuperen los empleos perdidos y las fuentes que los generan, que se fortalezca la red hospitalaria pública, que se proteja al personal sanitario.

 

¿Un mundo mejor es posible? Sí, lo hemos dicho mil veces y reiterarlo en medio de la pandemia invita a fortalecer la esperanza. Nunca antes en estos 72 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, hablar de derechos humanos tenía tanta vigencia como ahora. El derecho de acceso a la alimentación, salud, educación, techo, seguridad, empleo, a la libertad y a la igualdad adquiere una dimensión como nunca. La pandemia le da una connotación especial, rescata verdaderamente la dignidad de las personas al involucrar a los Estados, instituciones económicas y sociales privadas y la sociedad en general en la solución de un problema donde va la sobrevivencia de la humanidad.

 

¡Viva Norma Corona! ¡Viva Jesús Michel! ¡Viva Jorge Aguirre! ¡Viva Sandra Luz Hernández!