columna oscar

 

Una mirada puede desencadenar la cólera

de esas almas cargadas de electricidad.

Octavio Paz

‒El tema de la Alerta Amber y la desaparición de niños es un problema grave en Sinaloa. ‒Afirmó el diputado Jorge Villalobos. Lo hizo en la comparecencia del Secretario de Seguridad Cristóbal Castañeda Camarillo, ante el Congreso del Estado. No le falta razón, pues si repasamos lo sucedido en la segunda mitad de 2019 en Sinaloa, la desaparición de personas, sobre todo jóvenes, se disparó de manera alarmante. Desafortunadamente no es la única preocupación en materia de seguridad, como se observó a lo largo de la mencionada comparecencia.

Antes de que tomara la palabra el teniente coronel Castañeda Camarillo, la diputada Alma Rosa Garzón le dio la bienvenida con los siguientes cañonazos: “estamos por encima de la media nacional en los delitos de homicidio con una tasa de 44 por cada 100 mil habitantes en el estado, contra 28 a nivel nacional; de estas, el 84 porciento por ejecuciones contra 79 de la media nacional”. L andanada no paró allí, pues continuó señalando que “los feminicidios con una tasa del 0.9 por cada 100 mil habitantes, contra 0.4 en el ámbito nacional.”

En su momento el Secretario de Seguridad afirmó que Sinaloa está en el lugar 28 de incidencia delictiva (a nivel nacional), según cifras del Semáforo Delictivo. Y abundó señalando que cayeron los delitos de robo de vehículo en 23 por ciento, homicidio doloso en un 19 por ciento y el de extorsión en un 46 por viento. Mencionó también que se han incorporado 191 nuevos elementos a la Policía Estatal.

De nuestra parte comentamos que ni los diputados ni el Secretario de Seguridad pusieron la atención en la cantidad de ciudadanos encontrados en fosas clandestinas. Ese número de homicidios impacta sin duda en el total de personas que murieron violentamente durante 2019 y en las tasas mencionadas arriba. Hay un limbo, creado de manera artificial por la Fiscalía General del Estado, respecto a la clasificación de este renglón de homicidios y eso contribuye a su ausencia de las estadísticas. Hay una injusticia que debe repararse: si esas personas originalmente fueron desaparecidas, nadie tiene derecho a desaparecerlas de nuevo a través de ignorarlas en las estadísticas de homicidios. Si lo que se pretende es darle una connotación especial, adelante; pero que ello no termine en la infamia de sólo borrarlos de las consideraciones finales sobre la violencia que cobra vida, pues no deja de tener un raro tufillo que busca ocultar las cifras finales.

El tema de la desaparición de mujeres, en especial de menores de edad, llamó poderosamente la atención. El diputado Jorge Villalobos, lo planteó así: El tema de la Alerta Ámber y la desaparición de niños es un problema grave en Sinaloa, empieza a destacar ya como un primer lugar nacional de desapariciones en este tipo de denuncias de nuestros infantes”. Tiene mucha razón el diputado Villalobos, pues los registros de desaparición de personas el último semestre de 2019 es muy preocupante y dentro del tema el de desaparición de mujeres, mayores de edad y menores.

Hay un fenómeno que no se ha querido reconocer públicamente: la trata de mujeres en Sinaloa y su estrecha relación con la práctica de la desaparición forzada. No hacerlo lleva a lamentar un creciente número de desaparición de mujeres, muchas de ellas menores de edad y permitir a las bandas de criminales que sigan actuando impunemente, cuyas consecuencias paga este vulnerable sector de la sociedad. Por nuestra cuenta hemos insistido en que se haga el reconocimiento y se asuman las responsabilidades que el caso demanda de parte de la autoridad.

Volvemos a reiterar que debe constituirse un equipo de ministerios públicos y agentes investigadores especializados en el doble tema de la desaparición-trata de mujeres, además de la adquisición de perros para la búsqueda en vida de personas víctimas de la desaparición forzada. No hemos tenido buena respuesta en estos planteamientos a pesar de la profundización del problema. Los oídos sordos han dominado el tema.

Para que los campos de la seguridad y su relación con el problema de la desaparición alcancen la atención que su naturaleza reclaman y la que demanda la sociedad, los organismos de la sociedad civil deben dar otro paso al frente. Este paso bien puede concretarse en un Foro o en un Conversatorio como le llaman hoy, buscando concretar demandas ante la autoridad. Si no hay movilización organizada de la sociedad nada avanza en la atención de sus derechos y necesidades. Ojalá se desplieguen iniciativas en torno esto. Vale.

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