columna marco Lizarraga

 

Dejemos con toda tranquilidad a la gente sabia el orgullo de no caer nunca en contradicción”.

Sören Aabye Kierkegaard



MORENA Y EL GARROTE

En Morena Sinaloa la potestad y el mandato de él senador Ruben Rocha Moya y la presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado Graciela Domínguez Nava debe de ser respetada y obedecida sin objetar de ninguna manera.

Es triste que gente qué en la vida creyó que tuviera una oportunidad para estar en una curul y poder servir a la gente como tanto presumen estén enfrascados en una guerra interna viendo quien tiene más poder dentro de un partido.

Si bien, ni Graciela ni Rubén por si solos tienen poder de convocatoria con la ciudadanía, como los presumen pues desde su asunción como representantes populares no han hecho alguna gestión u obra, por su “pueblo”.

Los valores de Morena en Sinaloa están sustentados en palillos de madera, si es que tienen valores, porque han basado su doctrina en la crítica destructiva en medio de una catarsis de sus sentimientos internos que ahora qué tiene el poder no encuentran cómo cohabitar con el sistema real.

A este sistema nos referimos al que están obsesionados los morenistas, sino al real donde la gente trabaja y lucha por llevar el sustento a su casa, vaya qué vive el día a día, pero eso no lo entienden pese a que su izquierda, ha vivido también del sistema.

Rocha antes que ser de Morena, fue priista y ha estado colaborando con gobiernos del PAN y del PRI, fue rector de la UAS en una etapa donde dejó a la máxima casa de estudios en una situación precaria tanto en economía como en institución y matricula.

Es decir, en su oportunidad para demostrar su capacidad de trabajo, gestión y organización en una institución educativa limitada a miles de estudiantes, como diantres está pensando en ser gobernador por el simple hecho de ser “compa” de Andrés Manuel López Obrador, ahorita es senador por eso, no por ser haber sido un gran candidato.

Para muestra un botón: En dos ocasiones ha sido candidato a gobernador de Sinaloa, en 1986 postulado por el Movimiento Popular Sinaloense y en 1998 al salir de rector de la UAS por el Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo y el Verde Ecologista.

Desapareció del mapa político y pese a ser de izquierda participó activamente en la campaña a gobernador en el año 2004 apoyando al candidato del PRI, Jesús Aguilar Padilla lo que le sirvió para estar dentro del gabinete dentro una madriguera como coordinador amor de asesores.

En el caso de Graciela Domínguez Nava está directamente ligada con Rocha Moya al estar juntos desde el PRD, ella fue diputada por ese partido pasando como en estos momentos sin pena ni gloria con una escasa participación legislativa, y ahora como coordinadora sus intervenciones más memorables son cuando tiene los micrófonos de los medios de comunicación.

Ambos están haciendo un frente, que comparados con una barredora, el que osa no subirse a su proyecto, lo avientan y comienzan a hacerlo por medios de sus incondicionales diputados que usan lo único que saben hacer, las redes sociales para atacar siguiendo de frente con la política corriente y soez que han estado usando.

Es útil indicar que ayer, qué el diputado Apolinar García llamó traidores a los presientes municipales de Ahome, Manuel Guillermo Chapman Moreno, de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro y Mazatlán, Luis Guillermo Benitez Torres.

En esa publicación en rojo vivo agregó a que el pueblo es Morena no los otros siete diputados traidores, lo que indica que está pasando algo interesante en Morena.

El problema de todo esto es que ni Rocha ni Domínguez han demostrado tener la capacidad para poder unir todas las corrientes a favor y lograr un proyecto definido y con valores para determinar algo favorable para la gubernatura como lo anhela y sueña.

Alguien debe decirle a Rocha Moya que a López Obrador le costó 18 años llegar a la presidencia, pero fue una campaña constante de presencia casi médica en los medios, y en el caso del senador, brilla por su ausencia y así colgándose de las estrellas no soportarán el peso.

Está más que claro que la cuerda no se puede estirar mucho porque se rompe, y Morena está a punto de terminarse ese reinado que mantienen, tenemos la certeza que el control del Congreso se perderá.

Extraña el comportamiento de Rocha y de Graciela, pero bueno, mientras sigan en los brazos de Morfeo, y sigan teniendo el sueño guajiro de qué hay AMLO para rato, qué sigan en su letargo.

Lo bueno que en Morena hay políticos de altura.

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