columna joseluis

 

A todos ustedes, amigos lectores, un abrazo por su paciencia y solidaridad ante mi ausencia.

 

Muy sonada y trágica resultó la operación contra el huachicoleo para abatirle en un mes casi en un 90%, operación que resultó mediática, dramática y se convirtió en insignia de la lucha contra la corrupción por el gobierno de AMLO, que algo está pasando con el decreto presidencial que emitió el pasado 20 de mayo, con el que nulifica todos los acuerdos y disposiciones que exoneraban impuestos a decenas de empresarios desde 2014 con un monto superior a los 400 mil millones de pesos anuales, cuando prácticamente no se dice nada de él.

 

Sin duda, este ha venido a ser el golpe más letal contra la corrupción de parte de AMLO, que resulta inexplicable que en una semana los ecos de la noticia se hayan apagado y prácticamente hoy nadie habla de ese suceso tan trascendental.

 

Es conocido y reconocido en México y en el mundo de que México tiene uno de los sistemas fiscales con peor recaudación, cuyo volumen alcanza apenas el diez y once por ciento, siendo este problema el principal para las finanzas públicas, mucho, pero mucho más allá que las desviaciones del gasto público con los excesivos gastos, la corrupción y la ineficiencia de la inversión pública, que significa mucho, pero no tanto como lo es que no pagaran impuestos.

 

El golpe dado por AMLO con ese decreto sin duda ha sido descomunal, que resulta harto sospechoso el silencio y las nulas repercusiones mediáticas y políticas después del decreto.

 

El caso del huachicoleo es ocho veces más pequeño que esta disposición gubernamental de no cobrar impuestos a los grandes corporativos empresariales que se señalaron, donde están la mayoría de los hombres más ricos del país y casi todos los grupos empresariales en que se organizan.

 

Tan solo CEMEX alcanzó la friolera de casi 40 mil millones de pesos en impuestos no pagados al fisco mexicano, es decir, casi el 70% de todo el huachicoleo de un año y no existen ni dos páginas al respecto en los medios del país, mientras que otros temas menores, frivolidades y estupideces políticas, son magnificados con enormes escándalos que casi siempre parecen “cortinas de humo”.

 

Los más de 400 mil millones de pesos de impuestos que dejaron de pagar poco más de 40 grandes empresas mexicanas, significando el 80% de los 500 mil millones de pesos que el gobierno de AMLO recuperarían por la corrupción y no se dice nada.

 

Ni propios, ni extraños, y sobre todo los enemigos de estos empresarios, tampoco han dicho nada y el gobierno calló de la noche a la mañana. Las preguntas son ¿Por qué? ¿Qué ocurrió?

 

Pues nadie olvida cuando el 2014, cuando se impuso el impuesto a la comida “chatarra” de BARCEL, SABRITAS y FEMSA, hubo una guerra de semanas y meses, por un impuesto para combatir los efectos de la obesidad infantil, dándose entonces hasta conferencias por todo “desatino” de Peña Nieto entonces.

 

Y para finalizar, es de todos conocido que el tema tabú de todos los empresarios son los impuestos y era para que hoy hubiera una revolución contra AMLO y no existe ya ni una palabra, cabe insistir ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está la controversia? ¿Quién la paró? ¿Cómo acordaron? ¿De qué se trata? En fin, es triste volver y no saber.