columna joseluis

Desde que Ricardo Monreal, el coordinador de los senadores de MORENA, anunció su propuesta de reforma política, con matices de reforma de estado, demostró que era capaz de enfrentar la marginación que desde palacio nacional se hacía a sus intenciones de ser candidato presidencial en el 2024, al omitirse su nombre entre los prospectos que mencionó el presidente.

Ni entonces, ni después, ni en su mejor momento, ha sido considerado como tal por AMLO y de allí que el zacatecano haya empezado su propia ruta política con la iniciativa de reforma.

El contragolpe no tardó ante la “omisión” de la ley reglamentaria para organizar la revocación de mandato, que hasta la suprema corte obligó a poner plazos fatales, inusitadamente desde la presidencia se inició la toma del senado enviando a la presidencia de la mesa directiva de este organismo legislativo a la secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero, y desde ahí seguramente restarán influencia y terreno político al senador Ricardo Monreal.

Con ambos movimientos se desató el reacomodo político en la perspectiva de la sucesión de Andrés Manuel y la continuidad de la cuarta transformación en el gobierno de la república, reacomodo que parece según noticias previas, al tercer informe de gobierno del presidente López Obrador puede resultar un quiebre en la cúpula de la 4T.

Si esto fuera así, los reacomodos de todas las fuerzas se darían de manera virulenta y quizá esto precipite muchas definiciones, empezando por la disputa electoral en los seis estados en los que se elegirá gobernador el 2022.

El optimismo del tercer informe de gobierno Andrés Manuel está a tono con esta ofensiva política que ha desplegado contra Ricardo Monreal y la definición anticipada qué ha tomado de que la jefa de gobierno la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, sea su precandidata presidencial desde ahora, haciendo a un lado a Marcelo Ebrard, pareciera son los rasgos de la tormenta política que ha desatado

Ricardo Monreal pese a todo el poder de Andrés Manuel y la capacidad de control que desarrolla es un personaje que puede hacer frente a un escenario de competencia política de este nivel, incluso ganarlo.