columna joseluis

Ante el artero asesinato del profesor Román Rubio López y Esteban López Beltrán, nuestro repudio total. A sus familiares toda nuestra solidaridad. Que en paz descansen.

 

El sinaloense Heriberto Galindo Quiñonez, ante los actos de protestas después del fracaso electoral del pasado 6 de junio y la evidente crisis histórica y estructural que vive el PRI, expone dos ideas clave, no solo para la crisis del PRI, sino para la crisis del sistema de partidos y electoral.

 

El ex senador ha criticado a los priistas que han confrontado desde la calle a la dirigencia nacional, a quien han acusado de patrimonialismo político y del fracaso electoral del PRI, señalando que esa no es la salida apropiada para los problemas de su partido, y quizá tenga razón, pero como en todos los partidos, los militantes tienen derecho a manifestarse, y cada quien lo hace como cree y como puede.

 

Pero al mismo tiempo reconoce y coincide con esos compañeros de partido, que en efecto el PRI vive una crisis histórica y propone dos medidas políticas que, en mi opinión, son estratégicas: Elecciones primarias en cada proceso electoral y la segunda vuelta electoral.

 

Evidentemente, la crisis del sistema de partidos es prohijada por el presidencialismo asfixiante, en el que se desarrolla el país, y cambiar ese ambiente implica un nuevo régimen político, sin embargo, las propuestas de Heriberto Galindo tienen un carácter estratégico en esa perspectiva.

 

Primero, el hecho de que los partidos tengan elecciones internas para elegir a sus candidatos, es algo indispensable para que todos los partidos se democraticen, mediante una reforma legal que los obligue a todos por igual, no como hoy que cada partido lo hace como quiere. La democracia partidaria es vital para la democracia social.

 

Segundo, el establecer la segunda vuelta electoral obliga a que todo funcionario electo tenga legitimidad forzosa y mayor apoyo de corrientes políticas, lo que casi obliga a la conformación de gobiernos plurales.

 

Si se suman las dos propuestas, se podrá observar que ambas avanzan contra las raíces y estructuras del presidencialismo, al convertirse en herramientas que provocan un mayor juego democrático al seno de los partidos y de la sociedad.

 

Ojalá y la voz de Heriberto Galindo la escuchen los priistas, e incluso me atrevo a decir que la escuchen los demás partidos, porque para todos es útil. Ojalá y sean posibles los acuerdos en ese sentido, sería muy útil.