Jesús Estrada Ferreiro, el presidente municipal de Culiacán, salió intempestivamente a declarar que Culiacán volvía al “semáforo rojo” por la pandemia, cuando los índices de contagios y fallecidos se elevó en un cien por ciento, de cinco a diez fallecidos diarios y de casi 30 a más de 50 contagiados, casi a niveles de los picos más altos que se tuvieron en la primera y segunda ola, y con ello advertía la posibilidad de consecuencias peores.
El alcalde tomó una decisión limitada y no tan drástica como en la primera ola, que fue la de cerrar todo y de manera unilateral, por lo que eso da oportunidad a empatizar más con la sociedad y desarrollar un trabajo común que involucre a todos.
La idea de obligar el uso de cubrebocas en el transporte público está correcta, pero absolutamente limitado para todo lo que hay que hacer y que, obviamente, el presidente municipal y su equipo no podrán con la tarea.
Por eso resulta muy sano que Jesús Estrada se encuentre con la sociedad, y para eso ocupa convocar a todos los sectores sociales, económicos, políticos y culturales de Culiacán, para organizar un frente social contra la pandemia, de tal manera que se ponderen pros y contras de las medidas que se adopten para que no se traduzcan en conflictos y, por el contrario, las cargas negativas de las mismas sean soportadas por todos, al igual que los esfuerzos compartidos.
El presidente municipal debe convocar a representaciones sociales diversas, a los líderes y centros de opinión, medios de comunicación, de tal manera que se pueda crear un consejo ciudadano más allá de un equipo sanitario, que se conviertan en “pies y manos” de la sociedad que trabajen en todos lados contra la pandemia.
La pandemia ha sido un desastre en Culiacán, tanto que los muertos rondan los 3 mil en la capital del estado, quizá la ciudad con mayor índice de mortalidad en el país.
Ha sido demasiado el daño y dolor que ha sufrido el pueblo culichi, y que bueno que Jesús Estrada modifica su actitud ante este flagelo, por lo que todos debemos respaldar su iniciativa, pero repito, debe ser más extensa e intensa, así como organizada por un grupo social, encabezado por el presidente municipal.
No está mal prender las alarmas, porque ya son muchos los casos que se han disparado y parece que regresan los tiempos más oscuros, que creíamos haber superado.