columna joseluis

Han pasado siete días desde que empezó la competencia por la gubernatura de Sinaloa y ya se muestra el rumbo, tono y destino de la campaña electoral, que puede resultar tan sorpresiva y de resultados tan inesperados, que prácticamente la vida política de Sinaloa sufrirá un vuelco para sorpresa de muchos que debieran ser muy conocedores y se están equivocando rotundamente.

 

Me refiero en especial a una parte de la intelectualidad de la UAS, que decidió quemar sus naves del campo democrático y echarse a los brazos del PRI.

 

En estos días ya vimos en acción la mancuerna electoral MORENA – PAS, que Rubén Rocha y MORENA por sí mismos ya constituían un trabuco, ahora con el PAS y el liderazgo de Héctor Melesio Cuén están arrasando la campaña electoral en todos los municipios en apenas estos primeros días.

 

Quienes pensaron de Rubén Rocha Moya (como varios amigos míos) sería un candidato lento, cansado y sin iniciativa, después de verlo estos días ojalá, aunque no lo apoyen, no denosten tan peyorativamente como lo han hecho, de un actor político dinámico e incansable como es el ex rector.

 

Ha sido un recorrido relámpago por los 18 municipios con múltiples actos alegres y concurridos, en los que se ha refrendado el apoyo de una base electoral muy fuerte.

 

Es cierto que desde fines del año pasado en la precampaña, a la búsqueda de acuerdo entre MORENA y PAS, así como previo a la campaña, han sido intensos los esfuerzos del PRI mediante incesantes ataques mediáticos, sobre Rubén Rocha sin parar en nada para obtener aliados de toda índole.

 

Desde los críticos de oficio a la candidatura del ex rector, como los inconformes del proceso interno de MORENA y los malquerientes de la alianza MORENA – PAS, pasando por un escuadrón mediático al mejor postor, llegando a la élite intelectual de la UAS, de la que una parte, ya sea por interés o rencor, se han puesto la soga al cuello afirmando que no hay opción democrática y popular en la contienda, concluyendo de manera automática en su apoyo al PRI, como aquellos que creyeron que Salinas representaba la resurrección de México.

 

Y habrá que decir que apoyar al PRI por quien quiera hacerlo no es ningún problema, están en su derecho y su libertad, pero de allí pretextar una falsa realidad de que no hay alternativa democrática en la elección para hacerlo, resulta vergonzoso.

 

Llegar a plantear, como lo han hecho, de que lo peor que puede pasar es que gane la gubernatura Rubén Rocha es un desatino monumental.

 

Es cierto que existen múltiples controversias y hasta conflictos en el trayecto de la construcción de la candidatura a gobernador de Rubén Rocha y la alianza MORENA – PAS que tendrán que tratar en el camino hasta donde se pueda atenuar, pero de ahí a concluir tal desatino es producto de ideas muy cansadas, irritadas y, lo que puede ser peor, muy interesadas.

 

Hoy empieza la segunda semana en la que seguiremos viendo cómo transcurren las campañas, se comportan todos los actores políticos y los nuevos acontecimientos que surjan.