columna joseluis

Durante todos estos últimos meses, desde que arrancó la campaña electoral federal en septiembre y la estatal en diciembre, han dedicado tanto tiempo, tanto espacio y tanto furor contra Gerardo Vargas Landeros, que resulta tan contradictorio lo que dicen, porque si fuera cierto en cualquier contienda electoral sería muy fácil derrotarlo, por lo que cabe preguntarse, ¿Por qué le temen?

 

La personalidad política del ex secretario general de gobierno de MALOVA, alcanzó su máxima expresión, primero coordinando toda la campaña de Mario López Valdez para derrotar al PRI y luego convertido en secretario general, ser líder del gabinete que muy pronto tuvo que demostrar la casta, cuando tomó las riendas del gabinete de seguridad en el momento más álgido de la guerra contra el crimen organizado y además azotando de inmediato uno de los tres peores desastres naturales que habían flagelado al país en los últimos 20 años: La helada de febrero del 2011.

 

Con aquella helada, absolutamente toda la producción agrícola y frutícola habían sido devastadas y las pérdidas económicas totales para graneros, horticultores y fruticultores, tanto que la quiebra económica asomaba en casi todos cuando el cálculo del desastre superó los dos mil millones de pesos invertidos y, por supuesto, la pérdida de un año de trabajo.

 

No fue fácil para el gobierno de Mario López Valdez el tener tocando a su puerta las cabezas de la violencia más brutal que ha vivido Sinaloa y la quiebra económica más extendida en la sociedad que se haya visto.

 

Coordinar esas dos tareas de tal magnitud, empezando el gobierno, fue monumental y el malabarismo político se puso en juego en su máxima expresión. Así fue como el malovismo construyeron acuerdos de inmediato con los presidenciables, entonces, del PAN y el PRD, con Josefina Vazquez Mota y Marcelo Ebrard, quienes eran las candidaturas más viables de sus respectivos partidos, a cambio de evitar que el gobierno de Sinaloa quedará embancado en esos dos ladrillos, la violencia y la ruina económica.

 

Así, MALOVA y Gerardo Vargas se aliaron con los gobiernos de Felipe Calderon y Marcelo Ebrard, apoyando a este último en su precampaña por la candidatura del PRD en el 2011 aquí en Sinaloa, como también ocurrió después de que Ebrard no fue candidato del PRD, se aliaron al presidente Felipe Calderón para apoyar a Josefina Vázquez Mota como candidata del PAN.

 

Todo ese período resultó muy duro para el gobierno malovista para salir de aquel inicio de gobierno en bancarrota antes de empezar, y sin embargo dieron pasos para estabilizar la economía, desplegaron una batalla frontal al crimen organizado y luego se insertaron en el programa estratégico de Enrique Peña Nieto: Las reformas estructurales.

 

Y en ese tramo y esa tesitura también fue Gerardo Vargas quien encabezó dicho trabajo al desarrollar la iniciativa “Compromisos por Sinaloa” con la intención de actualizar y armonizar el conjunto del andamiaje jurídico institucional, con la creación de una “mesa de diálogos” entre todos los partidos políticos y organismos civiles, que produjeron en 6 meses de trabajo 30 iniciativas de leyes y reformas que el congreso del estado de Sinaloa aprobó todas por unanimidad.

 

Señalo sucintamente lo anterior porque soy de la idea de que siempre los actores políticos deben ser dimensionados ante sus hechos y no ante lo que dicen de ellos, por la sencilla razón de que eso resulta muy fácil y cualquiera puede decir lo que quiera, sin importar que las mentiras y rumores provoquen daño.

 

Hasta hoy, con todo lo dicho y las acusaciones contra el gobierno de Mario López Valdez, así como los procesos contra algunos de sus funcionarios, en ninguno de ellos y nadie, hasta ahora ha interpuesto acusación alguna contra Gerardo Vargas, por lo que infiero que se habla demasiado de la persona sin sustento y eso obviamente no sirve para el debate y la lucha política.

 

La verdad presiento que en el fondos se trata de un reconocimiento implícito al malovismo, que con todos sus errores y defectos, es una fuerza política influyente en la vida de Sinaloa y a eso le teme el PRI y Mario Zamora.