columna joseluis

Para mi amigo Arturo Guevara Niebla, un triste adiós, con el eterno recuerdo de siempre una novedad en sus labios y un proyecto bajo el brazo. Nuestra solidaridad a su familia. D. E . P.

 

Ojalá y ahora que regresaron de vacaciones nuestro gobernador del estado y los presidentes municipales, se aboquen a problemas urgentes que los reclaman como es el caso de la sequía que desde enero empezó a agudizarse en los altos de nuestro estado y ya para estas fechas resulta dramático, incluso ya alcanza las zonas más bajas de los municipios alteños.

 

Las lluvias en el 2020 tal parece se alejaron por la pandemia y surgió “la niña” como fenómeno climatológico que anuncia escases de lluvias, al grado que en Sinaloa las presas no alcanzaron ni el 50% de su capacidad, provocando que hasta “semana santa” el promedio total de las presas rondara el 22% de los 15 mil millones de metros cúbicos que representa su capacidad total.

 

El estiaje, que tradicionalmente llega a final del invierno y los pobladores alteños requieren bajar a comprar pastura para sus animales y las autoridades proveer de agua potable, empezó desde enero, como parte de la escases de lluvias del 2020 que es muy probable se repita este 2021 y los problemas empeoran mucho más, tanto que ya los sistemas de agua potable de las ciudades empiezan a sufrir mayor desgaste por la necesidad de bombear a más profundidad, que no se descarta limitar vía tandeos el gasto de agua en las grandes ciudades.

 

Obviamente que el sector agrícola de Sinaloa también está en un predicamento, que aun cuando es cierto que ya casi saca las 500 mil hectáreas de maíz y prácticamente la cosecha de hortalizas ya terminó, lo cierto es que no hay agua para el próximo ciclo agrícola y quién sabe qué puede ocurrir con el millón de hectáreas que necesitarán agua si quieren producir.

 

También debe observarse que no se trata de un fenómeno estatal en Sinaloa, la sequía prevalece en el 80% del territorio nacional, al grado que en estos momentos priva en el país, la peor temporada de incendios en los bosques y montes en los últimos diez años, con más de 1600 incendios, una pérdida de flora en 30 mil hectáreas y pueden llegar hasta cien mil hectáreas de aquí a junio, según informa CONAFOR.

 

Aquí en Sinaloa, de los 15 mil millones de metro cúbicos que es la capacidad total de nuestras presas, contamos con poco más de 3 mil millones, la quinta parte, por lo que la CONAGUA deberá administrar con medidas extremas su consumo, tanto para los agricultores, como CFE, hasta ver la evolución de la sequía en lo inmediato.

 

Específicamente para zonas áridas y semiáridas, así como las juntas de agua potable, en lo inmediato los gobernantes (gobernador y presidentes municipales) deberán avocarse con todos sus recursos y sapiensia a paliar los efectos más inmediatos y nefastos: La sed de seres humanos y animales.

 

Ya vivimos la pandemia del COVID 19 y así nos está yendo con casi 8 mil muertos (los que dice salud más los que dice el INEGI) en Sinaloa, casi los mismos muertos que los asesinatos de las últimas décadas en el estado, ante la que nuestras autoridades han sido negligentes, irresponsables, poco empáticos y menos aún solidarios, que ojalá no se repita con la sequía que vivimos y las medidas que tienen que adoptar.

 

Ojalá y veamos si ahora atinan a reaccionar en tiempo y forma (bueno, creo que en tiempo ya se les pasó).