columna joseluis

Por fin, en el último día de la convocatoria, el PRI dio a conocer su precandidato único a la gubernatura de Sinaloa en la persona de Mario Zamora, quizá el candidato a gobernador más joven del PRI en su historia, a quien le toca encabezarlo en la etapa más crítica, con una definición tardía a su favor que lo retrasa en la competencia, con rivales fuertes ya en campaña y, probablemente, una parte de su partido en contra, sin duda una tarea cuesta arriba.

 

¿De qué magnitud son las adversidades de Mario Zamora? Primero, amalgamar la coalición PRI, PAN y PRD donde seguramente encontrará desprendimientos en los tres partidos, como ya fue el caso de Sergio Torres en el PRI, el “Diablo” Higuera en el PAN, Juan Guerra y Heriberto Arias en el PRD, por ejemplo, también será notable si se incorpora o no el empresariado, como ha sido la intención inicial de la coalición, si nomina candidatos de ese sector, y será interesante ver como remonta la desventaja ahora en el conocimiento e intención del voto que manifiesta el electorado sinaloense respecto a el.

 

Es cierto que está en desventaja frente a Rubén Rocha, Sergio Torres y Héctor Cuén, pero tiene cualidades que le pueden colocar en la competencia en poco tiempo. La coalición a su favor son tres partidos, particularmente el PRI y el PAN, que históricamente habían sido los líderes electorales antes de que llegara MORENA; su juventud, que le da frescura a su oferta política, y la capacidad de cohesión que pueda desarrollar para articular las fuerzas dispersas de los partidos que los apoyan.

 

Poco a poco se estará descubriendo si tiene los tamaños de un líder o se refugia en los colores de las siglas partidarias, permitiendo que estos le impongan todo, asunto que se empezará a ver esta semana que empieza cuando veamos quiénes serán los candidatos a presidente municipales y diputados locales, en los que, si quiere, podrá tomar algunas decisiones.

 

En los últimos tiempos ha crecido la simulación en el trabajo de los partidos políticos, como una parte de la crisis general que viven, con excepción del PAS, todos han decaído en la última década y ha crecido paulatinamente el tener que hacer casi todo en base al dinero, así como las llamadas campañas de aire, olvidando la relación directa con la gente, con el argumento de la modernización tecnológica, cuando en buena medida es por el abandono de las causas de la gente.

 

Hasta hoy, la campaña de la coalición PRI-PAN-PRD se han centrado en contra del presidente López Obrador y está claro que los partidos han fracasado, incluyendo los grupos de la sociedad, han sido incapaces de un trabajo consistente contra MORENA, lo que los ha orillado en buena medida a campañas negras que no han penetrado lo suficiente como para pensar que ahora tendrán éxito.

 

Lo pudieron tener, pero no han querido y ni ahora quieren, cuando sus fórmulas electorales y sus procesos de construcción de ellas, no vienen de ningún movimiento ni lucha, como tampoco de una propuesta sistémica opositora que represente el futuro y no solamente la derrota de MORENA como anhelando una vuelta al pasado del hartazgo.

 

No se puede olvidar que MORENA y la 4T vienen alimentadas de un hartazgo social contra la corrupción, de un período donde se agotó el rol de los partidos actuales,las instituciones emergentes y los viejos líderes, siendo este el insumo motriz de este movimiento, por lo que cabe preguntarse ¿Qué alternativa tiene la coalición PRI, PAN y PRD con Mario Zamora frente a esta tendencia política para pensar que la pueden derrotar?

 

Es cierto, pueden tener aparatos políticos, recursos, mucha propaganda, pero ¿Tendrán razones?