Los miembros y simpatizantes de MORENA, así como sus dirigentes, debieran reflexionar muy seriamente lo que ha sido su proceso político disruptivo que los llevó al gobierno del país y los gobiernos en muchísimos municipios, particularmente aquí en Sinaloa, en los cinco municipios más importantes como son Culiacán, Mazatlán, Ahome, Guasave y Navolato, donde sus gobiernos, por lo menos en los tres primeros, han sido un verdadero fracaso.
Fracaso que deben reflexionar ahora que pretenden repetir, para lo que tendrán que hacer una profunda autocrítica de los errores cometidos en los mandatos que les otorgó el pueblo sinaloense.
En la palestra pública de la próxima competencia electoral no podrán salir sus candidatos con el sonsonete de que representan la transformación de los gobiernos y la sociedad, como tampoco podrán continuar colgándose del gobierno de AMLO en la presidencia de la república.
Aquí en Sinaloa tendrán sus candidatas y candidatos que informar lo que han sido como gobierno y por qué la sociedad debe refrendarles ese apoyo para continuar en él.
Ya en la víspera de la competencia, en la nominación de precandidatos, ha salido a flote la inconsistencia política de su discurso, tanto para recrear, fortalecer y elevar la institucionalidad democrática de su partido, como abrir su proyecto a la sociedad, reivindicando las tesis de que no son un partido sino un movimiento al fragmentarse en varios proyectos electorales en lugar de la unidad y abrir una reyerta de pronóstico reservados para los candidatos.
Como también ya cayeron sus primeros líderes en Mazatlán y Ahome, donde nunca quisieron entender y atender, que eran gobiernos frívolos y caprichosos, cuando en ambos casos en el primer mes de gobierno la síndica procuradora de Mazatlán, Elsa Isela Bojórquez, denunció de nepotismo al presidente municipal, el “Químico” Benítez, con más de 30 familiares en la administración municipal, así como el caso de Ahome con el Billy Chapman, denunciado también por su síndica procuradora, Angelina Valenzuela, de coludirse con los ex presidentes municipales Álvaro Ruelas y Arturo Duarte para que estos eludieran la sentencia de la ASE de reparar un daño patrimonial al municipio por 70 millones de pesos.
Tanto Billy Chapman como el “Químico” Benítez fueron denunciados y así les fue a las síndicas procuradoras de Ahome y Mazatlán, a quienes no quisieron escuchar en la dirigencia de MORENA en Sinaloa ni en México, como tampoco sus compañeras y compañeros diputados de la legislatura local, que demandaron ante ellos, por lo menos al Billy Chapman.
Tuvieron que ser los tribunales jurisdiccionales y autónomos lo que fallaran y sólo hasta entonces llegó algo de justicia para estas funcionarias que querían gobiernos municipales distintos y no corruptos como resultaron estos.
El caso de Culiacán también ha resultado patético su gobierno, en el que los choques entre el presidente y también con su síndica procuradora se han dado pero sin alcanzar los matices y escándalos de Ahome y Mazatlán, pero que también requería de ayuda, apoyo, orientación, consejo y auxilio Jesús Estrada Ferreiro ante los atropellos en los que se metió y los obstáculos para gobernar mejor.
Ya sobre el congreso del estado y el rol de MORENA en él será tema de otra ocasión, ahora solo resta reconocer al gobierno municipal de Guasave y al de Navolato, en los que el trabajo de la presidenta Aurelia Leal y el presidente Eliazar Gutierrez, ha sido intenso, de mucha gestión, de trabajo con la sociedad y alejados de escándalos y controversias políticas.