Hace una semana, el 17 de mayo, el presidente nacional de MORENA, lanzó una propuesta “para medir la riqueza” en México, así como se mide la pobreza y fue descalificado abrumadoramente con la ignorancia sobre la misma y los prejuicios sobre lo privado, como si los estudios sobre la pobreza no se hicieran bajo los mismos argumentos.
El mismo presidente Andrés Manuel López Obrador “se fue por la tangente” cuando confundió “conocer” con “hacer público”, cuando incluso ni las declaraciones patrimoniales a las que están obligados los servidores públicos está permitido hacerlas públicas sin su consentimiento.
La propuesta de Ramírez Cuellar entraña conocer el corazón de la desigualdad en México, la reorganización del país a partir de un estado menos concentrador, centralista y antidemocrático y a partir de entonces establecer un sistema redistributivo de la riqueza social y de la recaudación fiscal.
Lo que propone el presidente nacional de MORENA es una iniciativa que choca radicalmente con el programa de gobierno de AMLO y que no se anda con cuentos en el combate a la desigualdad, la pobreza y el presidencialismo centralista y obsoleto desde hace tiempo en el país.
Alfonso Ramírez desde el 2018 no se ha andado con rodeos y lo dijo abiertamente, el presupuesto para el 2019 sería menor al del 2018, necesitamos una reforma fiscal para el país, en contraparte a lo que siempre ha dicho el presidente de no crear impuestos ni elevar los que existen, como si el erario público se pudiera financiar con recorte o ahorros de la lucha contra la corrupción, haciendo rifas y vendiendo carros, casas y joyas decomisadas.
La verdadera lucha contra la pobreza es crear una nueva política fiscal para el país que grave por escalafón de acuerdo al nivel de ingresos, en pocas palabras, que el que gane más pague más y para ello es indispensable medir la riqueza.
¿Cómo crear políticas redistributivas desde el gobierno si el ingreso fiscal no crece? ¿Cómo tener una política de estado democrático si se concentra y centraliza todo el poder fiscal y de las mismas instituciones?
¿Es correcto que los 6 estados fronterizos con Estados Unidos tengan un salario mínimo el 40% superior al del resto del país? ¿Por qué los estados más pobres pagan más impuestos y sus trabajadores ganan menos?
¿Es sano que el gobierno de la república se quede con el 80% de los ingresos federales que captan de los estados y solo regrese el 20% a los mismos?
Además, la fuente principal de la corrupción está en la recaudación fiscal cuando apenas el 11% de la base fiscal paga sus impuestos (el último lugar de los países integrantes de la OCDE) y ellos en la mayoría de los casos son causantes cautivos como los trabajadores y consumidores.
Por ello la propuesta del presidente de MORENA la han rechazado los principales líderes de ese partido, precisamente porque va al corazón de ese populismo disfrazado de nacionalismo con tintes de redentores, cuando le ponen “la papa caliente” en las manos al presidente diciéndole “no nos hagamos tontos, la pobreza, la corrupción y la antidemocracia está en la desigualdad ¡Combatámosla!”
¡Ah! Y obviamente esta propuesta coincide con la propuesta de los gobernadores de un nuevo pacto fiscal para el país y tiene mucho futuro aunque ahora los aplasten sin argumentos o con argumentos torcidos.