columna joseluis

 

El 8 de marzo, por lo menos aquí en Sinaloa, en general aborda el día internacional de la mujer, recreando el tema en los feminicidios, las violaciones, la violencia intrafamiliar  el acoso en general, pero unas y otras no recuerdan ni incorporan a las asalariadas y todas las vicisitudes de su existencia, particularmente esa fuerza laboral sobreexplotada y con derechos sumamente reducidos.

 

En estos días he escuchado múltiples discursos, buena parte inspirados en las teorías sociológicas sobre el tema, con múltiples clichés respecto a la opresión de la mujer en este mundo machista.

 

Pero, curiosamente, todos los discursos, absolutamente todos, tanto aquellos que pretenden “visibilizar” a la mujer como aquellos que la pretenden salvar del “pecado original”, olvidan colocar a esas mujeres que trabajan en hogares ajenos, las que acuden al surco a las 5 de la mañana en las zafras agrícolas, ni tampoco esas mujeres que son la fuerza que sostiene nuestros comercios.

 

No, nadie las “visibiliza” y quien debiera más que nadie, el INSMUJER, es absolutamente omiso, no solo en sus discursos, sino que no tiene ninguna iniciativa sobre el ellas.

 

Y probablemente consiste en que el INSMUJER, este organismo autónomo como otros más, han sido útiles en el mejor de los casos para adornar con discursos al gobierno en turno, no importa su origen ideológico y cultural de quienes han puesto los gobernadores, porque al final han resultado lo mismo: figuras de paja.

 

No “visibilizar” a las trabajadoras sinaloenses es no conocer el estado en que vivimos y particularmente su peso respecto a la fuerza laboral. En Sinaloa contamos con una fuerza laboral que oscila en el millón doscientos mil trabajadores, de los cuales casi el 40% son mujeres.

 

¿Y sabe en que trabajan estas mujeres? Pues 100 mil son jornaleras agrícolas, doscientas mil trabajadoras domésticas y otras doscientas mil en el sector de los servicios.

 

¿Sabe usted cuantos de este millón doscientos mil trabajadores tienen seguridad social? Poco más de 400 mil, es decir, la tercera parte a lo sumo, lo que significa que 800 mil trabajadores carecen de estas prestaciones y a partir de allí cabe preguntarse ¿Qué nivel de prestaciones tienen en su conjunto?

 

Y para terminar y dejarlos en paz ¿Sabe usted que el 80% de esos trabajadores, más de 900 mil, viven con menos de dos salarios mínimos al día?

 

Y así podemos seguir, ojalá alguien les recuerde y las “visibilice”, como dice la intelectualidad del feminismo