columna joseluis

 

“Hueso duro de roer”, Sergio Torres, Secretario de Pesca del Gobierno del Estado, compareció el lunes 10 de febrero en la pasarela de secretarios que los diputados inventaron para cubrir el expediente para calificar el tercer informe del gobernador, donde pretendieron derribar políticamente a Sergio, al extremo de llegar a la agresión física.

 

Sergio Torres, como el mismo lo dice, es un ciudadano emanado de la adversidad de la pobreza y las carencias, que se ha batido social y políticamente, “a brazo partido” (por no decir más feo), que ha tenido una trayectoria política siempre “cuesta arriba” y teniendo que saltar, eludir y hasta hacer a un lado obstáculos.

 

No le ha sido fácil escalar la pirámide política y llegar a donde está. La batalla ha sido permanente y quizá la más difícil y cruenta es la que llevó a cabo cuando fue presidente municipal de Culiacán, con aquellas dos iniciativas que cimbraron a la élite económica de Culiacán: El cobro de 5 mil millones de pesos por predial urbano que tenían en adeudo los grandes fraccionamientos de las familias de Culiacán y el famoso “par vial” que incomodó a las familias más “rancias” de Culiacán.

 

Aquel trienio que encabezó en la presidencia de Culiacán despertó los enconos más duros y rupestres de esa élite económica que no paró desde entonces en una pretensión de descarrilar la trayectoria de este político priista.

 

Por eso no es casual lo que enfrenta en la palestra que se presenta y seguramente lo sabe, arrastrará hasta el fin de su ciclo político.

 

Y como no sería así, si había familias que debían hasta diez millones de pesos de predial urbano, que desde que hicieron sus mansiones no habían pagado y que ningún presidente municipal había enfrentado, que por cierto era una demanda del PRD desde 1995, cuando se le exigió a Sadol Osorio que hiciera ese cobro.

 

Y respecto al “par vial”, solo los que viven al otro lado del río Tamazula (400 mil culichis) saben el significado que tuvo esa obra en sus vidas al ahorrarles más de la mitad de su tiempo en sus traslados y un 70% en el gasto de gasolina, además del tiempo que se ganó para disfrutarlo en otras cosas, como con la familia o menos prisa para llegar al trabajo.

 

Esa lucha de Sergio Torres fue contra el egoísmo de un pequeño grupo social y a favor del conjunto de la sociedad, como ocurrió también con el drenaje pluvial de la calle Aquiles Serdán, que tenía casi 50 años de retraso (desde que se ahogaron la muchachas en 1966) y que perjudicaba a todo el oriente de la ciudad que prácticamente no podían cruzar a ningún lado en temporada de lluvias.

 

Por eso Sergio Torres deberá cargar con sus obras políticas, mismas que nunca satisfacen a todos y siempre habrá quien esté en contra, la política son intereses pues ¿Por cuál estas?