columna joseluis

 

Sí, así es, hoy miles de millones de pesos posan como testigos mudos en las calles de Culiacán, Los Mochis y Mazatlán, de una inversión ociosa que realizó el gobierno en obras que están allí como “elefantes blancos”.

Es cierto que los últimos cuatro sexenios han dilapidado al erario público, con dinero público, para hacer negocios privados, como los famosos estadios de beisbol y futbol, que superan los dos mil millones de pesos.

Junto además a otra cantidad similar en obras ociosas, como el “Parque Temático”, la escuela de beisbol, el gimnasio de usos múltiples, el parque revolución, los CUM (Centro de Usos Múltiples) de Los Mochis y Mazatlán, el dragado del río Sinaloa y el propio puente en ese río a la alturado del vado, como le llaman en Guasave.

Seguramente hay más elefantes blancos en esos y otros municipios, pero la verdad es que de solo ver semejantes inversiones en el ocio nos damos cuenta que al final del día se trata simplemente de negocios, y es triste reconocer que a eso se orienta el dinero público.

Hay varios que han sido muy malos para gobernar, pero muy buenos para llevar a cabo estas “vivezas” tan deplorables que a veces no hay como llamarlos.

Y peor es aún cuando a eso se suma que algunos gobernantes ni siquiera hayan qué hacer con esas instalaciones, que ni tan siquiera se les ocurre que sirvan de refugio en caso de alguna catástrofe como las que han azotado al estado en tiempos recientes.

O en otros casos, el gobierno estatal renta muchos edificios (que ese es otro negocio) a privados, pudiendo habilitar esas instalaciones para atender al público, por ejemplo.

Es tanta la miopía que en el caso de Culiacán el parque revolución antes albergaba algunas oficinas municipales y ahora ya ni eso, o a la dirección de deportes no se le ocurre organizar nada en las canchas de basketbol y voleibol o ya de perdida prestarle las instalaciones a algún culto que no tiene donde llevar a cabo sus reuniones… vaya, hasta la refresquería está cerrada. Ah, pero quitaron al célebre “Archi” (aquel vendedor de libros usados) porque “tapaba el frente de las canchas”.

Y a ello se puede agregar la construcción de la USE (Unidad de Servicio Estatales) que a casi 20 años de su construcción no se sabe de quién es y quién cobra las rentas, o las obras de palacio municipal en Navolato que significaron muchas discusiones, para que hoy en día nadie las ocupe.

Es cierto que en parte la vida es loca y algunos pudieran pensar que estos desaguisados son parte de ella, pero la verdad sea dicha: Son locuras muy jugosas.