Ayer, a las once de la mañana quedo cerrado el juicio en contra del rector de la UAS Jesús Madueña Molina y el ex- rector Juan Eulogio Guerra Liera, luego que el pasado martes, a los comités de adquisiciones de la UAS, acusados de compras indebidas, supuestamente al margen de la ley de adquisiciones de Sinaloa, bajo el amparo de la figura de “juicio condicional”, el juez ordenó pagar a cada comité, una sanción de diez millones de pesos cada uno, como medida para zanjar todos los juicios, sin que prevalezca ningún fallo de culpabilidad y se cierren todos los casos.
Estas son medidas con las que se cierra el conflicto gobierno-UAS, que duro casi dos años, después que el 7 de octubre pasado, la presidenta Claudia Sheimbaun, mandato a la secretaria de gobernación, para acordar una “mesa de diálogo y conciliación” entre el gobierno de Sinaloa y la UAS, con el arbitrio de la misma dependencia.
Fueron arduas sesiones durante tres meses que llevaron a cabo representantes del gobierno del estado, la universidad autónoma de Sinaloa y el gobierno de la república, en donde se pactó básicamente, no aplicar a la UAS la ley de educación nueva que decreto el congreso de Sinaloa en febrero del 2023, en donde la UAS impugno por considerarla violatoria a su autonomía, segundo, armonizar la ley orgánica de la UAS a los criterios de voto universal, directo y secreto para la selección de rector y directores de facultades y preparatorias; en tercer lugar, establecer la paridad de género en los puestos de elección; y por último, cerrar todos los casos judiciales bajo las formas que la ley establezca.
Con ello, el día de ayer se cerró un capítulo más de las batallas que ha librado la UAS en defensa de su autonomía, volviendo a salir airosa preservando los bienes supremos de la universidad y la sociedad Sinaloense.
Preservar la autonomía universitaria es darle continuidad a la “segunda” autonomía que conquistaron los universitarios, cuando rompieron con la imposición del gobierno en la persona de Gonzalo Armienta Calderón en 1992, alcanzando con ello el autogobierno, amenazado ahora por el gobierno de Rubén Rocha.
Había pasado más de 50 años luego de aquella conquista histórica de los universitarios, que más tardes, diez años después intento el gobernador Antonio Toledo Corro quitar las preparatorias de la UAS y dejarle solo la educación superior, intentona que también venció la comunidad universitaria, en un asedio también de más de un año.
Hoy, los saldos alcanzados por la UAS en esta defensa de su autonomía, son dignos de reconocer, que la batalla y sus costos han valido la pena. Se preservo la libertad, la democracia y el autogobierno de la gran institución que representa la UAS, en síntesis, su autonomía.
Cabe reconocer en estos resultados alcanzados por la UAS; a sus liderazgos encabezados por el rector Jesús Madueña, a su consejo universitario, la representación democrática de todos los estudiantes y trabajadores; su estrategia de defensa legal brillante e indeclinable, ejecutada por un grupo de maestros de las facultades de derecho de Mochis, Culiacano y Mazatlán, y de manera especial la unidad que caracterizo a toda la comunidad de la UAS en defensa de su institución y del pueblo de Sinaloa.
No se puede concluir, sin reconocer el costo tan alto que pago la UAS con la vejación, atropello y abusos de poder de las autoridades como tampoco haber perdido a un líder histórico de la UAS como fue el caso de Héctor Melesio Cuén Ojeda y el exilio de dirigentes sindicales y de la administración universitaria que enfrentaron amenazas y ataques de muerte. Que todo sea por el bien de la UAS y de Sinaloa.