Han pasado casi 40 años de aquel “frente democrático nacional”, el movimiento que le dio el gran impulso a la transición democrática y al nuevo régimen de partidos, plural y democrático, que hoy ha sido avasallado por los apetitos de nuevos autocratas con vocación de tiranos que representa la 4T, que rebaso y derroto a la oposición en las pasadas elecciones sin que nadie advirtiera el significado del retroceso histórico que significaba, al extremo de colocarse en los umbrales de una dictadura.
Hasta esos extremos ha llegado AMLO y la 4T que no han reparado en nada, tanto que organizaron una elección de estado y han avasallado el marco legal constitucional y el andamiaje institucional que se creó en los últimos 30 años.
Una operación política de esta escala y las ambiciones tan desmedidas de poder, eran suficientes para provocar la unidad de toda la oposición y lamentablemente no se advirtió y menos se realizó la operación política que ameritaba: un frente de unidad nacional.
No ocurrió así, que ni tan siquiera se atisbo en algún intento de unir las candidaturas opositoras por lo menos. No, no se hizo nada en ese sentido y por eso las consecuencias autoritarias han sido tan radicales de AMLO y la 4T.
Hoy los vemos apoltronados en el poder, con abusos y excesos al por mayor, que llegan hasta el cinismo de la ignominia que niega hasta la lacerante realidad que vive el país.
La convicción de esta autocracia de la 4T, es tal, que advierte con sus apetitos políticos, que no va a contenerse ni virar su rumbo hacia una dictadura lo que debe llevar a pensar a toda la oposición, que la única alternativa posible para pensar en una derrota de AMLO y la 4T, es la creación de un “frente democrático nacional”, como el de 1988, cuando se enfrentó al régimen del partido de estado que convocaba a toda costa a derrocar al PRI y sacarlo de palacio nacional.
Hoy es muy similar la situación a 1988, cuando ya no existe prácticamente un sistema electoral democrático, ni un sistema judicial autónomo, como tampoco un poder legislativo con libertades y contrapesos, ni que se diga de un aparato de justicia, como tampoco el municipio libre y los estados autónomos.
Por lo que tampoco se puede esperar a que se desgasten con su modelo político en el ejercicio del poder y los sexenios pasen hasta que eso ocurra.Es indispensable y urgente que las fuerzas políticas opositoras al régimen de la 4T se unan, disputen todos los espacios y den la batalla política, ideológica y cultural.
No se puede apostar a que la inercia su mal desempeño de gobierno los corroa, se necesita el impulso critico persistente y tenaz del discurso opositor, pero lo que mas se ocupa, es el actor, el sujeto político capaz de realizar esas acciones.
Ese sujeto no pueden ser múltiples entes políticos aislados, de partido y grupos sociales. Debe ser un gran movimiento que se plantee la unidad de todos los contrarios en un “frente democrático nacional”. Eso creo.