columna joseluis

 

Yo me resistía a escribir sobre Jesús Estrada Ferreiro, presidente municipal de Culiacán, porque estoy convencido que necesita mucha ayuda y que todos, desde donde podamos, lo debemos hacer, por lo que me parece prudente por lo menos aconsejar que le haga caso a los diputados, que acuda al congreso del estado y que dé las respuestas y explicaciones que le pidan. Estoy convencido que le puede ir muy bien si actúa con sensatez.

 

Lo digo porque si fue capaz de entrevistarse con Víctor Torres y Olegario Quintero, conductores de “Formula Noticias” y “Nuestras Noticias” respectivamente, a quienes soportó la paliza que le pusieron, no creo que pueda ser peor con los diputados.

 

Y lo digo porque creo que si no acude al llamado a comparecer que le han hecho las comisiones del congreso (llamado al que no está obligado legalmente a acudir), los diputados van a seguir adelante y van a echar mano de sus facultades en el pleno para que comparezca ante él y entonces si será mucho peor.

 

¿Qué necesidad tiene Jesús Estrada Ferreiro de complicarse la vida? La muerte de la joven Alejandra es muy lamentable y ha tocado las fibras más íntimas en todos nosotros y nos obliga a pensar qué hacer al respecto, ya no se diga al ayuntamiento de Culiacán, donde ocurrió la tragedia.

 

Para un gobierno esto es un asunto normal, como lo son todos los problemas inherentes a la sociedad culiacanense ¿Para qué, entonces, hacer más grande y patético el problema?

 

Jesús Estrada Ferreiro debe entender que cuando se es gobierno muchas cosas le pueden parecer absurdas y hasta ridículas, pero como gobernante está obligado a atender todo y dar las respuestas más prudentes y convenientes, por la sencilla razón que en la “viña del señor”, como se dice coloquialmente, hay de todo y el gobernante se va a encontrar, probablemente, muchas cosas sin sentido que deberá atender, porque así es la gente y para ella trabaja.

 

Debe comprender que nadie pretende hacerle daño, como tampoco agredirlo y jamás debe perder el control en sus reacciones y respuestas. El presidente no es ningún boxeador y mucho menos un pandillero para vivir en el pleito y la reyerta. Es el primer ciudadano, el ejemplo de todos y el líder que encabeza el rumbo de la sociedad.

 

Así como asistió con Víctor Torres y Olegario Quintero, donde estuvo en desventaja porque quiso, debe ir también con los diputados y prepararse para una buena lid, donde el congreso quede bien y él también, cada quien en su papel. Jesús es un hombre con inteligencia suficiente y seguramente lo hará.