Por allá del 2002, en los tiempos que gobernaba el país Vicente Fox y Sinaloa Juan S. Millán, una época que se pensó en la transición democrática, cuando surgieron los organismos autónomos, particularmente la transparencia y rendición de cuentas tanto que el gobernador de Sinaloa fue el pionero con la primera ley de acceso a la información y el único en el país, que creó el método más abierto de rendición de cuentas de un gobernador en el país, al obligar que el ejecutivo estatal compareciera después de entregar su informe ante el pleno de los diputados en asamblea publica para ser cuestionado y aclarar (si se podía hacer) las dudas de los diputados.
Juan S. Millán, compareció en los últimos dos informes de gobierno y aquellas asambleas de los diputados fueron un “toma y daca” entre el gobernador y la oposición, que cuando llego Jesús Aguilar Padilla (DEP) a gobernador, sus corifeos y estrategas en ese convulso 2006, después de la elección de Felipe Calderón y el escándalo y la trifulca que se armo en la toma de protesta, ordenaron reformar de nuevo el artículo 40 de la constitución, para dar marcha atrás a esa novedosa práctica política y volver al viejo formato del día del gobernador y el desfile de los aduladores.
El pasado domingo 17, el gobernador Rubén Rocha anunció que antes de que termine noviembre acudirá al congreso del estado, me imagino que a una sesión plenaria de diputados y de alguna manera comparecer sobre su III informe de gobierno que envió el viernes 15 de noviembre, que no sé si habrá un formato en el que los diputados puedan cuestionar su informe y habrá que debatir su contenido, porque lo otro seria una mera exposición con “invitados de piedra” en su propia casa que estarán para aplaudir.
Esto último me parece seria lo más bochornoso y la expresión más patética de un poder legislativo subordinado y sometido como epígrafe de su conducta política y más aun, por la complacencia que le tienen al poder legislativo.
Han cambiado muchas cosas en los últimos años, que lamentablemente han resultado en retrocesos para la vida de las instituciones políticas y el gobierno de nuestro estado, donde tristemente, el poder legislativo, los diputados han retrocedido en múltiples conquistas que habían logrado en los últimos 30 años.
Una de ellas había sido la de reducir paulatinamente la subordinación a cualquier poder, junto con el culto a la personalidad del gobernador, cuestiones que en este sexenio, el MORENISTA, el que había prometido la transformación y que solo ha quedado en “más ruido que nueces”.
Rubén Rocha Moya, el gobernador de Sinaloa, acudirá al congreso del estado y yo me pregunto ¿para qué? ¿Para justificar su pobre desempeño? ¿Continuar con esa retorica justificativa de echarles la culpa a los demás? ¿A los neoliberales? ¿A los conservadores? ¿De lo que no ha hecho? O ¿hablara de lo que se ha equivocado?
Quizá me equivoque y realice una autocritica, un señalamiento a su desempeño, una rectificación de su estrategia o un cambio de rumbo de su gobierno.
Yo quizá ya llegue al escepticismo, por que ha tenido tantas oportunidades y momentos para corregir sus errores, que ya no creo que lo haga, ojala me equivoque.