columna joseluisJuan de Dios Gámez Mendívil, la manera en cómo llego a la presidencia municipal de Culiacán, ya no por un “dedazo” político, llego por la imposición del gobernador de su ahijado, prácticamente  mostrándolo como lo hiciera José López Portillo, el orgullo de su nepotismo, para cubrir la expulsión del paraíso de MORENA a Jesús Estrada Ferreiro, primero y luego, reelegirse para un nuevo trienio ya como presidente electo, pero “haiga sido como haiga sido”,  su gobierno a resultado de nulos resultados, un fracaso pues que parece no tiene remedio.

 

Alguien pregunto en el marco de la crisis de inseguridad y violencia que vive Culiacán desde más de un mes, que si donde estaba Juan de Dios Gámez por que no se veía ni escuchaba por ningún lado, ausencia que es congruente con la escasa presencia de su gobierno en los problemas de Culiacán desde hace dos años que llego.

 

El primero de noviembre va a iniciar el nuevo periodo de mandato para el que fue electo y la pregunta es ¿qué hará en ese gobierno Juan de Dios Gámez? La respuesta no es complicada: nada, como ha sido hasta hoy.

 

En el contexto del miedo, el dolor y el llanto que sufrimos los culichis, la realidad es que tenemos un presidente municipal sin estatura en general y mucho menos para la crisis.

 

“Es que es muy joven” me dijo alguien, como queriendo tener una respuesta rápida, sin embargo yo considero que las responsabilidades son para cumplirse, para hacer los mayores esfuerzos, intentar alcanzar los máximos resultados, pero no vivir en la inercia de la vida y menos teniendo un gobernador que es su segundo padre, de quien puede obtener los mejores apoyos, pero también a quien le merece los mejores resultados.

 

Juan de Dios Gamez esta obligado por su responsabilidad con el pueblo culichi, por su compromiso con el gobernador, por que peleo y gano la reelección como presidente municipal, cuestiones por las que no debe fallar, sobre todo al enorme honor que significa representar al pueblo de Culiacán.

 

Son muchos tres años para llegar al 2027 como para que pase lo mismo que en los primeros dos años que sustituyo a Jesús Estrada Ferreiro, para volvernos a quejar de la apatía, de la falta de resultados y del escaso liderazgo que ha demostrado.

 

Conozco a Juan de Dios Gámez Mendívil y me da tristeza ver el desempeño que tiene y más todavía tener que escribir estas líneas, sin embargo, los que vivimos en la capital de Sinaloa, estamos obligados a realizar mayores esfuerzos para salir de esta crisis que produce tanto miedo y dolor, esfuerzo y acciones en los que el alcalde de Culiacán debiera estar en primera fila, ser el más proactivo y comprometido.

 

¿Qué tanto hará en los próximos tres años? No lo ve, pero al presidente municipal los culiacanenses lo necesitamos ¡Ya!, se ocupa en las calles, colonias y rancherías del municipio y lo primero que quiere todo mundo, es que se una a la sociedad y el gobierno para frenar este clima de violencia y recuperar la paz.

 

Y por eso creo, que lo que ocurra en los próximos tres años estarán definidos por lo que se haga en esta crisis humanitaria, por los roles que se juegan, por la identidad que se tenga.

 

Un día, no recuerdo donde, si fue en una escuela o en mi casa, alguien me pregunto que si quien había sido el que quemo la puerta de la alhóndiga de granaditas, el famoso “pípila”, héroe de la guerra de independencia, “no lo sé” conteste y hasta la fecha no conozco su nombre, su origen y que paso con él en aquella guerra, pero siempre recuerdo el acto heroico que realizo, solo por que fue capaz de cargar una loza de piedra, una tea y quemar la puerta del cuartel español y derrotarlos en aquella batalla. Nomas.