Saben perfectamente los diputados de Sinaloa que no se puede reformar la ley orgánica de la UAS si no es a propuesta y solicitud del consejo universitario de la UAS y su propia comunidad, que todo lo que han hecho en días recientes, violando flagrantemente la ley nacional de educación y la propia constitución en su artículo 3º fracción 7ª, es un deplorable espectáculo con el que pretenden coronar su tremendo fracaso como legislatura y el ridículo de la batalla perdida desde el 10 de enero pasado, cuando un tribunal federal sentencio inconstitucional el decreto de la nueva ley de educación para el estado de Sinaloa.
El periplo que ha realizado, ha resultado un viaje vergonzoso para su historia legislativa y política del estado de Sinaloa. Quien se ha erigido en los “transformadores” del país, han resultado el peor fracaso, tanto por su ambición como por su incompetencia para gobernar, tanto que se han mostrado como auténticos ineptos para solucionar los problemas de la sociedad.
Ya llevan gobernando Sinaloa tres años y han resultado casi mil días de interminables y largos episodios de no saber qué hacer con las instituciones de Sinaloa como no sea corromperlas y ponerlas a disposición de intereses particulares y propios absolutamente ilegales.
Han resultado una runfla de trúhanes que como horda, han pisado los despachos de las instituciones y las han destrozado como los peores villanos que carecen de la más mínima conciencia de un estado de derecho y las obligaciones primeras que tienen para él.
No podían los señores diputados dar un paso atrás cuando los sentenciaron el 10 de enero como violadores de la constitución de la república, como si lo hiciera el gobernador Rubén Rocha, quien se alineo al fallo de los jueces federales y solo quedaron los diputados quienes en tres ocasiones se inconformaron y las tres veces fueron derrotados por la UAS, hasta que en una cuarta impugnación tuvieron que declinar seguir el juicio y la sentencia quedo en firme, ya era inatacable la autonomía universitaria.
Aun así, no respetaron y quien sabe de que brillante cerebro surgió la idea de que se podía cometer el desaguisado legal que lleva a cabo al violar de nuevo la constitución y caer en desacato a la sentencia de los jueces federales, por cierto un delito que la fiscalía general de la república, previa denuncia, habrá de abrir carpetas de investigación a todos estos diputados disidentes de nuestra carta magna y ya verán en que lugar quedan.
A los diputados no les importo que el presidente de la república, insistiera por tercera ocasión que se encausara un acuerdo conciliatorio y los diputados arremetieran con mayor fuerza, que quien sabe que cuentas le rendirán el próximo 28 de septiembre que venga a Sinaloa a despedirse como su ultima visita a nuestro estado.
La situación del gobernador Rubén Rocha es otra cosa, cuando Sinaloa vive una de sus peores crisis sociales de inseguridad y violencia, con la que, por cierto, los diputados no le han aportado nada para su solución, si no al contrario, han enturbiado el ambiente de incertidumbre con sus conductas provocadoras contra la UAS.
Por lo que lo más probable que ocurra es que ese decreto que ayer votaron, queda en “letra muerta”, cuando el gobernador Rubén Rocha decida no firmarlo ni publicarlo, lo que sería lo más correcto, legal y políticamente.
De lo contrario sería una convocatoria al aquelarre político y al mayor descontrol de la situación social y política que vive todo Sinaloa. Ojalá y haga lo correcto.